1. huele a flores y cosas lindas

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Algo olía a primavera, Jongho estaba casi seguro que no eran las flores que había fumado. Pero quizás, podía ser efecto lo que le ponga tan tonto. Su olfato es mejor al que el de un beta o un omega. Pero eso no justifica el hecho de que haría lo que fuera por ese olor, aún así si llegaría a caerse por un precipicio, fuera tragado por una ballena o dejarse atacar por millones de gatos que lo confunden por una bola de estambre.

(Demuestra el nivel de estupidez en el que lo dejó un simple porro, los pensamientos idiotas que tiene).

Ahora, él estaba parado en medio de la fiesta, cerca de un sofá, donde había estado fumando el porro. Solo que en ese momento estaba olfateando el aire en busca de quién o qué olía tan bien. Le hacía acordar a cuando era niño y su mamá hacía galletas, él olfateaba su camino desde donde esté hasta las deliciosas galletas.

Parece un idiota y quizás lo era, muchos entenderían lo que le estaba ocurriendo ahora. En el mundo de los lobos y más específicamente, en el de los alfas, quienes tienen mejores olfatos, se podía cambiar fácilmente la frase "amor a primera vista" por la de "amor a primer olor". Aunque no sonara muy bien.

Jongho se percató que estaba en una fiesta donde hay compañeros de la universidad, amigos, conocidos y gente que se podría burlar de él por cómo le afectó un simple porro por décadas, así que, abrió los ojos y se enderezó.

Comenzó a buscar disimuladamente, o lo que más podía, por lo menos, al dueño o dueña de ese olor. Caminó por el primer piso con lentitud, tenía la excusa de haber fumado por estar pareciendo un raro. Porque sí que se veía raro, vagando por la fiesta cual zombie buscando cerebro.

El olor a flores, primavera y cosas lindas, que le hacía acordar al aroma que tenían las galletas que preparaba su mamá cuando era niño, lo llevó hacía un omega chico de lindos ojos color miel. Ojos miel que le hacían acordar más a una playa desierta, que a un prado lleno de flores, donde podría saltar y ser estúpidamente feliz, que era lo que se imaginaba con su olor.

El omega estaba recostado en un sofá blanco, en el piso de arriba, con su teléfono en mano y su mirada concentrada, su ceño levemente fruncido. Parecía maleducado y grosero, o que solo quería estar cómodo, porque cada vez que alguien o una pareja se sentaba al lado suyo, él los pateaba. Jongho sonrió divertido al verlo hacerlo.

Se quedó viéndolo de lejos como un demente por varios minutos, hasta que se decidió por no ser tan raro y se acercó. Le dijo hola, con una potente e impresionante voz gruesa, ronca, pero el omega ni siquiera volteó a verlo. Frunció el ceño

Tosió falsamente, intentando llamar nuevamente su atención pero no lo consiguió. Su último recurso fue tocarle el brazo. El omega levantó la mirada y lo observó atentamente, esperando a que hablará. Tenía sus ojos entrecerrados, intentando lucir intimidante. Jongho creía que se veía lindo y divertido.

Se quedó viéndolo como demente de nuevo, por segundos esta vez, hasta que el omega levantó una de sus cejas, impaciente, al parecer.

— Hueles rico — Soltó, sintiéndose idiota al escucharse —, ¿Puedo olerte?

Mordió su labio inferior, sintiéndose el doble de idiota. En serio ¿Qué le ocurría? Nunca fue tímido, al parecer la droga y el olor a primavera lo drogaba.

El omega soltó una risa.

— Puedes hacerlo — Dijo, con una sonrisa divertida en sus labios —. Pero estoy leyendo, así que no me molestes.

— Está bien — Respondió Jongho, antes de, sin permiso del omega, tirarse encima suyo en el pequeño sofá.

Se acomodó de modo que su rostro quedara escondido en el cuello del más pequeño. No tenía apoyado su cuerpo, apoyaba su peso en el sofá, con ayuda de sus brazos y piernas.

Respiró su olor, cerrando los ojos y llenándose hasta el dedo más chiquito del pie con su esencia.

— ¿Qué lees? — Preguntó, su voz pesada e ida. No sonando para nada a como le habló hace un rato, nervioso e irreconocible.

— Un fanfic de Harry Potter —Soltó sonando como quién está haciendo algo que le fascina y le distraen de ello. Jongho creía que eso mismo acababa de pasar — Dije que no molestaras.

— Okey — Murmuró Jongho, sus palabras haciendo cosquillas en el cuello del omega. El chico se retorció abajo suyo. — ¿Qué es un fanfic?

— Una historia escrita por una fan — Le contestó, como si fuera obvio y debería haberlo aprendido en jardín de infantes.

Jongho asintió contra su cuello.

— Bien, ¿por qué estás en una fiesta leyendo fanfic? — Preguntó, de nuevo interrumpiendo su lectura.

— Porque quise venir. El chico que me gustaba vino, pero se está follando a alguien arriba —Murmuró molesto, su ceño fruncido. Jongho le perdonó el hecho de que vino por otro alguien porque se veía adorable así —. Pero la verdad, es que hubiera preferido haberme quedado en mi casa a leer un libro de Harry Potter, ver la película o leer una fanfic sin que un alfa idiota me haga preguntas.

Jongho soltó una carcajada divertida.

— Perdón — Pidió, pero volvió a interrumpirlo —. ¿Cómo te llamas?

— Yeosang — Contestó y no le molestó que no le haya pedido el nombre porque sabía el suyo.

— Bien, te dejaré leer en paz —Murmuró, con una sonrisa suave en sus labios.

— ¡Por fin! —Exclamó, sonriendo amplió y Jongho no se ofendió, se alegró de haber visto su sonrisa; que, ahora sí, lucía a un prado lleno de flores, donde podía saltar y ser estúpidamente feliz.

Yeosang olía a primavera y cosas lindas, tenía unos ojos de playa desierta y una sonrisa de un prado lleno de flores, donde podía saltar y ser estúpidamente feliz. A Jongho le gustaba la variedad de ecosistemas y estaciones.

Cerró los ojos, acercando su nariz a su cuello y disfrutando de la primavera.

Se quedó dormido encima del omega. 

Gracias a desordonne por dejarme hacer esta adaptación

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Gracias a desordonne por dejarme hacer esta adaptación

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