Relato 002-01

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Nuestra primera vez parte 1

EL

Ese día fui a buscarla a su casa, no teníamos planeado que hacer ese día. Solo caminamos hasta que se nos ocurriera algo. Teníamos diferentes opciones como ir a comer, ir al cine, ir al parque, ir a la plaza, etc. Nos quedó más cerca el parque así que nos quedamos ahí mientras nos decidíamos que hacer después. Nos sentamos en una jardinera a platicar un rato y a besarnos. Mi novia y yo éramos vírgenes y apenas teníamos 2 semanas de novios. Ella me contaba que había tenido novios que se lo habían pedido, pero nunca la habían tocado ni ella a ellos, yo por mi parte había tenido novias y si había tenido manoseos con ellas, pero nunca tenido sexo.

Nos comenzamos a besar tímidamente, apenas nos conocimos estábamos en primero preparatoria, nos gustamos y comenzamos a salir. Mientras nos besábamos intentaba tocarla de sus piernas, ella me miraba haciendo que quite mis manos de ella. Cada vez me sentía más y más caliente, nuestros besos eran románticos y a la vez calientes, pude notar como su nariz comenzaba a sudar e hice otros intentos por acariciarla esta vez me permitió tocarla. Me acomode de forma que estábamos de frente sentados y podía besarla, a la vez que mis manos las podía poner sobre sus nalgas. Al principio acariciaba sus piernas con las yemas de mis dedos, luego con las uñas, hasta llegar a sus nalgas dibujando círculos con mis dedos sobre culo.

Ella tenía buen cuerpo, era delgada, tenía unas caderas marcadas, unas nalgas paraditas que brincaban cuando caminaba, cuando subía las escaleras, cuando corría, cuando bailaba. Sus pechos eran redondos y paraditos. Una belleza que más de uno se le quedaba mirando cuando caminaba, incluso a mis amigos se les iban los ojos cuando la miraban. A mí eso me excitaba mucho, pero ella era solo mía.

Entre besos, caricias y manoseos. El sol iba cayendo, se estaba oscureciendo el parque. Yo estaba húmedo y al no saber que se sentía tocar una vagina, solo podía imaginar que ella también estaría muy excitada, se nos había olvidado que estábamos en lugar público, ahora ella estaba sobre de mi como si estuviéramos en una cama.

La manoseaba con descaro como si estuviera desnuda sobre mí y pudiera rasgar su piel con las pocas uñas que tenía. La nalgueaba con cierto miedo a que no le gustara, pero sus labios sonreían. Luego me senté y la tenía con sus piernas cruzadas sobre mi cintura. Le estaba lamiendo el cuello como un loco y baja muy cerca de sus pechos, lento ya que nunca la había tocado ahí, pero poco a poco le iba desbrochando la blusa.

Le pedí que se recostara y yo me puse a un costado, ella era mi platillo ahora. La imaginaba en esa posición desnuda, lista para que la devore. Tenía una mano en su cadera y la otra cerca de su bra, jugando con él en las orillas mientras le besaba el cuello y con mis dedos hacía por subir su bra y que senos se salieran. Ella usaba un perfume con un olor muy rico, ese día olía aún más delicioso. Quizá sea porque que su perfume se combinaba con el olor de sus deseos.

Llego el punto que ella me dijo ¿si quieres tocar... porque no lo haces?, sin perder el tiempo le subí el bra y primero comencé a jugar con sus pezones duro, paraditos, firmes sobre tu blusa blanca, que se transparentaba un poco, podría ver ese color de sus pezones cafés, pequeños como 2 chocolates. Quiero que se derritan sobre mi lengua. Los jugaban con las palmas de mis manos, luego los pellizcaba. Ella estaba gimiendo, era la primera vez que la escuchaba gemir, me decía que se estaba mojando que sentía muchas cosquillas. Ella no era la única que se sentía así, luego se los comencé a chupar sobre su ropa, dejándola empapada de mi saliva ahora era totalmente transparente. Había visto tanta porno, y con eso nunca volví a ser el mismo, y ella tampoco lo seria después de lo que pasaría. Se los empecé a morder perdido, al no saber cómo hacerlo. Pero estaba seguro que ella estaba excitada. Ahora por el en medio de su blusa de saque sus pechos, que deliciosas montañas redondas, suaves y sobre ellas su pezón firme por mis toqueteos. ella me miro a los ojos apretando los labios, mientras yo iba acercando mi lengua sobre su pezón. Se las estaba chupando duro y suave, no me importaba en ese momento si lo estaba haciendo bien o mal, la estaba disfrutando y yo a ella.


Ese día aprenderíamos mucho, porque al estar en lo nuestro. No nos dimos que nos estaban mirando 2 hombres a lo lejos. No sabíamos cuánto tiempo llevaban ahí mirándonos. Pero lo estaban disfrutando. Nos asustamos así que dejamos de hacerlo y nos sentamos con la intención de irnos.

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Nuestra primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora