Hay una gran oscuridad que me rodea, absorbe todo mi cuerpo de manera abrumadora. No hay ningún ruido que me alarme, pero la vibración en mis oídos hace que me sienta mareada y pesada; de todas formas hay un extraño olor a humedad que me invade y hace que me sienta cómoda. El aire a mi alrededor es frio y por mas que lo intento no encuentro algún tipo de abrigo. No puedo pronunciar ninguna palabra, como si mis labios estuvieran sellados. Empecé a preguntarme si la oscuridad que me cubría era real o solo producto de no poder abrir los ojos.
Estoy sola, de eso estoy segura, pues no encuentro la presencia o el calor de alguna otra persona a mi alrededor. Una ola de ansiedad llegó hasta a mi, tengo ganas de llorar, gritar, lanzarme al abismo en busca de cualquier cosa que me hiciera sentir real, pero no puedo. No puedo moverme, no puedo sentir nada.
Mis pensamientos se silencian con una luz azulada que va apareciendo gradualmente. Primero una mancha a la distancia y luego un circulo que triplica mi tamaño. Sigo sin poder moverme pero me siento tranquila. El aroma que antes encontré se tornaba en tintes salados y una brisa en mis mejillas.
-Ocean - Me decía un dulce y cálido susurro - Te amo, quiero que lo sepas, te amo con todo mi corazón y espero nunca dudes de ello, eres tan maravillosa y dulce, el mundo será difícil para ti, pero tienes un corazón muy fuerte, como yo. Te amo, te amo...
La voz me expresaba un inmenso amor que hacia que entrara en un estado onírico. Al final de sus palabras se alejaba aun mas, quiero alcanzarla, quiero saber quien esta detrás de esa voz. Por favor, no me dejes, déjame estar cerca, déjame tocarte, saber que eres real. Quiero ver tu rostro una sola vez.
Desperté de golpe, el sudor frio recorría mi espalda, mis lagrimas recorrían mis mejillas cayendo después a mis cobijas. Solo era un sueño.
-Ocean!! Es hora de despertar!! Llegaras tarde el primer día de escuela!
Gritó mi abuelo desde la parte de abajo de la casa. A pesar de ser un grito, me llamaba de una manera dulce.
-Ya voy!!
Grité con una voz ronca debido a que la preocupación del sueño aún me perseguía a la realidad. Estar en mi cuarto era un alivio, me hacía sentir arrastrada lejos del miedo y la ignorancia. "estoy bien, estoy en casa" me repetía mentalmente para esfumar toda angustia. Me levanté en dirección al armario. Tomé unos shorts, una blusa azul muy ligera y unas sandalias. Me vestí rápidamente, caminé en dirección a la puerta y di la vuelta para ver mi cuarto una ultima vez. Aún había cajas que desempacar, una pila de ropa en el suelo del armario y mi cama desordenada. Por el día de hoy tenía que dejar mi espacio seguro, enfrentar el mundo real. Cerré la puerta despacio, como si rogara que el suelo se partiera en dos y me llevara hasta el fondo. Bajé rápidamente las escaleras y encontré a mi abuelo sentado en la mesa de madera blanca con un gran desayuno, había jugo de naranja, omeletts, pan tostado, cupcakes de chocolate y manzanas.
-Hiciste mi desayuno favorito
-Sentí que necesitabas todas las fuerzas para el día de hoy y no hay mejor manera de empezar que con una sonrisa.
Dijo el mostrando una amplia sonrisa, mi abuelo es un hombre algo robusto, alegre, con marcas de la edad reflejadas en su rostro, con un semblante algo intimidante, pero con un corazón enorme y el poco cabello que le quedaba era color grisáceo. Me senté frente a el empezando a comer un poco de omelett rápidamente.
-Yo pienso que mas que sacarme una sonrisa, tu quieres que engorde.
-¿Qué engordes pececito?
-Si, que engorde y me ponga como pez globo. Así me quedo toda la vida en la casa.
Ambos reímos, era una broma entre los dos, un pequeño cacho de mi mundo que me permitía compartir con el.
-Luces cansada, tienes tantas ojeras que mas que pez globo, pareces un mapache con aletas. ¿Pudiste dormir bien?
Me detuve y baje la cabeza un momento, no esperaba que las pesadillas me afectaran, pero si mi abuelo se había dado cuanta, significaba que cualquiera podría hacerlo.
-No, de hecho no, tuve esa la pesadilla de nuevo.
Mi abuelo sabía perfectamente de que hablaba. Siempre, todos los años en estas fechas tenía pesadillas.
-Así que es esa época.
-Si, pero creo que no están malo como los años anteriores. Esta noche dormí bastante y ya no me afecta como antes - mire el reloj preocupada por no llegar tarde a la escuela y poder terminar la conversación- Me tengo que ir, si no lo hago no llegaré a la primera hora. Gracias por el desayuno abuelo, te quiero mucho. Te veré después de la escuela.
Tomé mi mochila con velocidad, me acerque a mi abuelo, le di un beso en la frente y corrí a la entrada.
-Ve con cuidado, puse tu almuerzo en la mochila y recuerda tener mucho cuidado
-Gracias abuelo, nos vemos.
Salí de la casa y me permití estar unos segundos mas en la entrada. "tu puedes, no es tan difícil" me repetí respirando profundamente y dándole una ultima mirada a mi hogar.
Debo irme y enfrentar todo ese mundo que me aterra
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El secreto de la sirena
FantasyOcean es una chica de 16 años casi normal, excepto por un gran secreto, es una sirena. Sin recuerdos de su pasado y con la presión de actuar de forma común, deberá resolver un gran misterio. Historia basada en: H2O sirenas del mar.