El sol brillaba en mi rostro, mientras caminaba en dirección a la escuela. No era la clase de sol cálido, era mas el tipo que ardía en la piel y te dejaba color rojo después de estar mucho tiempo debajo de el. El viento marino apaciguaba el dolor y refrescaba mis mejillas. Hace poco nos mudamos cerca de la playa. Como no tenemos mucho dinero, tenemos que mudarnos constantemente. La casa en la que nos encontramos ahora, la había comprado mi abuelo hace mucho tiempo. Creo que nunca había estado tan cerca del mar, mi abuelo prefería los lugares secos
Siempre había querido visitar el mar. Me encontraba distraída por estos pensamientos y no pude evitar chocar con una persona. Cuando mi hombro choco con el otro, perdí el equilibrio y termine cayendo a la acera.
-Deberías fijarte por donde caminas.
Me dijo una voz gruesa. Cuando voltee a ver era un hombre alto, delgado y de pelo negro, vestía un traje que aparentaba costar mas que mi casa. El hombre no se molesto en ayudarme a levantar o a incluso mirarme, solo me rodeo mientras continuaba caminando.
-¿Cual es tu problema?
Le grité mientras me ponía de pie. El volteo a verme algo asombrado ante mi pregunta y me lanzó un mirada despectiva.
-Deberías de estar atenta a lo que pasa a tu alrededor, no puedes ir por la vida de manera tan torpe
-Mira quien lo dice, si tu estuvieras atento a tu alrededor no hubieras chocado conmigo y si tuvieras una pizca de cerebro hubieras tenido la amabilidad de disculparte.
Me di la vuelta velozmente ya que no valía la pena continuar esa discusión y solo llegaría tarde a la escuela, poco a poco escuche como la respuesta del hombre se hacia mas débil a medida que me alejaba. Odiaba a la gente como el, arrogantes que creen que por tener mucho dinero pueden hacer lo que deseen y tratar a la gente como basura. El enojo y el calor pintaban mis mejillas de un color rojo intenso que contrastaba ampliamente con mi piel clara. Si no fuera por que mi abuelo me había mostrado el camino a la escuela, estoy segura de que me perdería. A lo lejos podía ver la escuela y así mismo escuchaba la campana que anunciaba que pronto empezarían las clases. Corrí rápidamente hasta la reja de la escuela y me permití descansar hasta que llegué a la puerta del salón de clases. Mi primera clase era biología, los alumnos ya estaban en el salón al igual que la profesora. Toqué la puerta y la profesora me hizo un gesto para que entrara.
-Muchas gracias, buenos días, ¿esta es la clase de biología?
-Así es, tu eres la nueva estudiante, Ocean, ¿Verdad?
-Si, soy yo
-Bueno, puedes sentarte en el ultimo asiento de la tercera fila.
-Gracias
Le dije mientras me alejaba al lugar donde me dijo. La profesora se veía amable y dulce. De cabello castaño rizado, tez morena, ojos cálidos y una sonrisa dulce. Ella me miro de una forma peculiar que no sabría describir, pero no me atemorizaba.
-Muy bien chicos, les doy la bienvenida a este nuevo año escolar, soy la profesora Cleo Sertori. Esta vez tenemos una nueva alumna y espero que sean amables con ella. Por favor abran sus libros en el capitulo uno.
Empecé a sacar el libro de mi mochila y en ese momento sentí que una mirada estaba fija en mi. Al levantar la cabeza vi a una chica inclinada en mi dirección. Tenía el cabello rubio, ojos color avellana, la tez morena y complexión delgada.
-Hola, soy Nerea Mc Cartney, ¿Cuál es tu nombre?
Dijo ella tendiendo su mano hacia mí, yo la estreché por pura cortesía más que por gusto-Ocean, ¿es tan obvio que soy la chica nueva?
Dije algo apenada, no esperaba que me preguntaran cosas tan pronto, hubiera preferido un poco el anonimato.
-No, no me mal interpretes. Es que la mayoría nos conocemos de toda la vida y nuestros padres han vivido aquí desde hace mucho así que es fácil reconocer caras nuevas.
Ella se mostraba aún mas apenada de lo que yo lo estaba. Sus mejillas se tornaron de un rojo claro y volteo el rostro en dirección al pizarrón. Al menos se había callado. No me gusta pensar de esa manera pero por muy normal que quiera realizar mi vida, no podía confiar en cualquiera y menos si existía la posibilidad de despedirnos pronto.
La primera clase era sencilla, definiciones, células. Nada que concentrara mi atención demasiado, pero la chica a mi lado se mostraba sumamente atenta, participaba de manera constante y se emocionó con los ejercicios dejados en la clase. Que chica tan animada.
Mientras realizaba los ejercicios sentí una mirada fija en mi, al voltear de reojo vi como la chica volteaba su cabeza rápidamente a otro lado y al mismo tiempo un chico al final del salón volteaba a verme. Que raros son todos en este lugar. Termine los ejercicios y los entregué rápidamente a la profesora.
-Ocean, que agradable ver que seas tan trabajadora.
-Gracias
Dije de manera incomoda, ¿Por qué buscaba conversar conmigo? En ese momento sonó la campana que anunciaba el termino de la clase. Tome mis cosas y salí rápidamente en dirección a mi próxima clase. Tomé asiento en el primer lugar que encontré y recosté mi cabeza en la banca. Tenía tantas ganas de dormir. Pronto sentí que una persona tocaba mi hombro. Al levantar la cabeza me encontré Nerea, sosteniendo sus libros frente a su pecho.
-¿Qué pasa?
Dije con un bostezo.
-Quería decirte que tu rodilla esta sangrando un poco
Al instante miré mi rodilla y me encontré con un gran raspón en ella. Culpa del tonto con el que me había topado en la mañana. No podría lavar la herida hasta estar en casa.
-Gracias ¿Algo mas?
-¿Esta bien si me siento aquí?
Dijo con la cabeza baja señalando el asiento a mi lado
-Si, esta bien, después de todo la escuela no es mía.
Se sentó y me miro con ojos curiosos
-Oye, deberías limpiar tu herida si no quieres que se infecte o podrías ir con la enfermera.
ESTÁS LEYENDO
El secreto de la sirena
FantasyOcean es una chica de 16 años casi normal, excepto por un gran secreto, es una sirena. Sin recuerdos de su pasado y con la presión de actuar de forma común, deberá resolver un gran misterio. Historia basada en: H2O sirenas del mar.