Él seguía haciendo cosas que lastimaban a Camila, pero a pesar de eso, nunca se alejó de él, comenzaba a sentir una necesidad de hablar con él siempre a pesar de todas las estupideces que le hacía.
*Narra Camila*
El día de la entrega de notas, mi madre me reprendió al ver que tenía 6.5 de promedio, no se explicaba porqué yo, su hija, sacaba esas notas y había cambiado tanto de unos meses para acá. Ella no sabía lo mucho que me habían afectado sus palabras y las de mi padre cuando era pequeña al compararme con las demás niñas y decirme que si estaba sola era por mi culpa, por ser un "asco".
- Camila! 6.5 de promedio!? Qué te pasa? Tú nunca has sacado esas calificaciones, no me digas que ahora hasta para eso eres una inútil!
"Si supiera lo que me duelen sus palabras"- pensé
-Mamá yo no se porque saqué esas notas...-Dije con tono triste
-Y encima te haces la víctima?
-Joder! Mamá yo no me hago la víctima, pero es que en serio, quieres que sea perfecta, como si tú lo fueras!
-Pero por Dios, dáte cuenta que has cambiado mucho, y además para mal, me has decepcionado.
-Mamá... no quiero hablar del tema-Dije con un nudo en la garganta.
-Esto no se va a quedar así, estás castigada lo que resta del año escolar, o sea, prácticamente casi 3 meses.
-Pero mamá!-Protesté
-Sin peros Camila, estás castigada y punto. Entendido?
No dije nada, sólo subí corriendo las escaleras y después de haber subido unos cuantos escalones sentí como las lágrimas comenzaban a mojar mis mejillas "soy la peor, la peor hija, la peor amiga, la peor persona"-pensé
-Camila no me dejes hablando sola!
Terminé de subir los escalones, entré mi cuarto, golpeé mi espalda contra la puerta cerrada, hasta caer sentada sobre el piso y dejar que las lágrimas terminaran de fluir, me sentía un asco. Ojalá tuviera la valentía de ir y acabar con todo esto, quitarme la vida, pero yo sabía que era una cobarde para hacerlo, así que sólo corrí por ese pedacito de metal que me hacía sentir bien, si, mi navaja, la tomé y la pasé por mi piel, después de unos 3 segundos sangre salía, me sentía aliviada, pero aún me sentía pésimo, así que me acosté y lloré unos minutos más hasta que me quedé dormida.
Desperté a las 6:40 de la mañana, no le veía el caso a levantarme y arreglarme para ir al colegio, por 2 razones, la primera era porque ya era muy tarde, y la segunda, era porque apenas tenía ánimo para respirar, así que decicí quedarme dormida toda la mañana.
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Juntos para siempre... o tal vez no.
Любовные романыElla era una chica llamada Camila con cabello castaño ondulado, era alta y tenía ojos cafés, era depresiva, tímida y le tenía miedo y asco a las personas, hasta que conoció a Armando y se volvió su todo. Él era seguro de si mismo, mujeriego, moreno...