Un Marido Golpeador |Jonghyun y Tu|

Capitulo 25

Capitulo 25

Mas de 10 comentarios y votos...

Ella lloró un rato y dijo.

Solo te suplico Jonghyun...que no le hagas más daño si?...te voy a decir todo lo que me dijo, pero....tú piensas que lo mejor es ir a buscarla?, te atreves a mirarla a los ojos sabiendo que un día la golpeaste..?, soportarías que ella te dijera que no, sin levantarle los puños?....

Yo tardé en contestar. Lo pensé, de todas las maneras posibles. 

Mi mente y mi corazón se debatían en una guerra constante.

Si pensaba con la mente...claramente era un..

>Dejala ir dejala que haga una familia que siempre soñó..<

Pero me negaba a renunciar a ella. Mi corazón me decía que la amaba. Que la necesitaba para respirar, para vivir, la necesitaba hasta para trabajar. Tan solo con pensar en ella en mi oficina, el estrés del trabajo desaparecía completamente.

La amaba no había duda. Pero ¿qué hacer cuando en tu mente sucede esto...

-NO!, POR FAVOR  JONGHYUN BASTA!...ME HACES DAÑO....!!

Su llanto rebotaba en mi mente una y otra vez como puñales, a la vez que la sensación de ver esos ojos llenos de miedo y de lágrimas me carcomían por dentro.

El sentir que eres una mala persona, y que lastimas a la persona que más amas en este mundo. Y luego...que la pierdes.

-Adiós Jonghyun!

Me imaginaba en la mente su cara pálida, sus mejillas bañadas en lágrimas mientras me decía adiós. Me odiaba a mí mismo, y pensé que lo mejor era...dejarla ir.

Pero por otro lado en mi corazón razonaban recuerdos...imposibles de olvidar.

Flash-Back.

-E-estas segura?- pregunté nervioso por la situación.

-Si..creo.- ella estaba temerosa y llena de curiosidad.

Yo me acerqué a sus labios y la besé tiernamente, y con una pasión desequilibrada. Luego sobre sus labios le dije.

-Juro que te protegeré siempre mi amor.- juré ante el deseo que se prolongaba más y más.

-Confió en ti.- la miré a los ojos y nos conectamos- Te elegí para que seas el primero...en todo. Porque simplemente te amo Jonghyun, y siempre lo haré.

Luego la besé, y nos unimos.

La sensación de estar dentro de ella me hacía sentir más vivo que nunca.

Sus suaves brazos rodeándome el cuello, y mi boca exploradora sobre el suyo.

Mi corazón estaba lleno, porque sabía que había sido el primero...el primero en tomarla, y en hacerle el amor.

La amaba como a nada. Mi estómago estaba lleno de mariposas. Un poco de temor tenia, por el hecho de que algo no le gustara.

Quería que sea todo perfecto.

Su cuerpo se movía al mismo compás que el mío. Llevándonos a los dos a un clímax cálido y potente.

Ella sujetó mi espalda y gimió en el momento justo en el que el orgasmo llegaba a ella, y a mí. En ningún momento dejé de besarla, de amarla.

Era el momento más feliz de mi vida. Ella era mi vida. Me había dado lo más importante que tenía. Y yo lo acepté tímido y totalmente feliz.

Nuestras respiraciones estaban aceleradas y nuestras bocas seguían sin perder el contacto.