Escritos

Cuarto Escrito

Esa piel desgarrada de tanto llorar, de clamar y esperar un amor correspondido, quiere sanar, más le es imposible, sin saber cómo, se dirije al olvido de aquellos que quisieron curar sus heridas, es tarde, nadie puede detenerla, camina hacia su más temido sueño, descalza, con la mirada fija en el suelo, viendo cada gota de sangre derramada mientras en su cara se forma una sonrisa inigualable.