𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 1

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El sudor recorría mi frente y bajaba hasta llegar a mi cuello, mi respiración estaba más que agitada, apenas y podía tomar aire, el correr no es uno de mis fuertes y eso lo demostraba con mi trotar torpe tratando de alcanzar a mi padre y hermanos quienes ya se encontraban muy lejos de mi perdiéndolos de vista entre los grandes árboles.

Ya no podía más, detuve mis pasos "rápidos" y traté de tomar todo el aire que mis pulmones me permitieran, sentía como mi pecho ardía de tal esfuerzo, pero no me importaba pues quería volver a la vida después de correr tanto.

Nunca he sido atlética y esto lo demuestra aún más, mi padre siempre nos pide correr a mis hermanos y a mi en nuestra forma lobuna pero no le encuentro ningún sentido y más cuando sabe que yo su hija no soporto correr largas distancias sabiendo que mis habilidades no son dignas de tal actividad.

A pesar de ser una omega siempre tuve muchas inseguridades sobre mi misma, como por ejemplo mi cuerpo, se supone que nosotros los omegas somos los más confiados por poseer tanta belleza, pero lamentablemente en mi no había nada de eso.

Mi cuerpo no mostraba cambios muy notorios o bueno no he estado pendiente de eso y tampoco es que me importara, mi inseguridad podía más que mi amor propio, eso era poco usual en un omega pero en mi era lo más normal de este mundo.

Mientras me sumergía en mis pensamientos, no me di cuenta de que había llegado a mi casa, quizás mis hermanos y mi padre ya hayan llegado antes que yo o al revés.

Abrí la puerta y el olor a carne cociéndose llenaron mis fosas nasales incluso podía oler la miel que cubría la carne, una de las famosas recetas de mi madre que se me hacia agua la boca, deseando tener este fino trozo de carne en mi boca.

Llegue a la cocina viendo a mi madre, una hermosa omega que con solo verla podrías saber que eso era, sus movimientos finos y elegantes e inclusive su manera de ser tan coqueta y elegante demostraban a simple vista su condición.

Lamentablemente tú y yo no poseemos eso dijo mi loba y no podía estar más de acuerdo con ella, incluso mi madre tenía mejor cuerpo que yo, que injusta es la vida, por que los dioses no me dieron toda su belleza, en vez de eso me echaron el estiércol y una pizca de gracia pero no la suficiente para que me sintiera "bella" o "deseada"

Llegaste mi pequeña loba, qué tal tu entrenamiento?-Pregunto con su sonrisa tan radiante de todos los días, pero su pregunta se contestaba sola, mi cara estaba roja y mis cabellos estaban lavados y pegados a mi rostro debido al sudor, sin contar que el olor a tierra se encontraba impregnado en mi cuerpo.

Supongo que bien- cuanta mentira en tan solo unas palabras, pero ella sabía que ese supongo era más bien un "me fue de lo peor, odio correr" así de simple, pero claramente no utilizaría esas palabras y menos frente a mi madre.

Claro, ve a bañarte para que comas, aparte hoy llega el príncipe Jeon- Mi madre parecía estar emocionada, pero a mi me causaba intriga ya que nadie conocía al príncipe, ni siquiera sobre cómo era su apariencia, eso daba miedo pero quien soy yo para juzgarlo sin siquiera conocerlo.

(...)

Después de esa larga ducha tan reconfortante, empecé a cambiarme con ropa que para nada era reveladora y mucho menos atrayente, un pantalón negro, una blusa con un estampado y una sudadera grande de un color opaco acompañado de unos tenis blancos.

Como siempre esto es lo mejor que puedo lograr- me mire y solté un suspiro cargado de decepción al ver mi imagen ante el espejo, sin duda alguna la oveja verde de los omegas, por que si no era la apartada pero si la menos deseada y tampoco los culpaba cuando era más pequeña mi personalidad y apariencia nunca fue la más femenina aparte de que mi olor a fresa les resultaba muy empalagoso a los alfas y ni hablar cuando estaba en mis tiempos de celo, parecía que ese olor alejaba a cualquier ser vivo de tan dulce que es.

𝐷𝑒 𝑡𝑢 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑖𝑒𝑑𝑎𝑑 [𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒] +18 𝐽𝑘 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora