Interrogantes

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Hay veces que quema la garganta y duele el corazón. Son instantes. Llegan de la nada o eso creemos.
Duele el alma, duele el camino que transcurre el rio, pero sobre todo duele el sentirse tan vulnerable.
Ojos aguados, respiración agitada y sensaciones increíblemente desgarradoras.
Tal como una niña pequeña perdida en medio de la nada, buscando un brazo donde aferrarse.
La fortaleza se derrumba y nos recorre la incertidumbre. ¿Será esto la soledad? ¿O será tan solo una consecuencia de ser muy reservada? O en su defecto, ¿Será mi
exageración excesiva? Interrogantes.

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