La Magia De La Navidad Au

Una mamá para navidad

—Lee lee...

—Dime cariño

—Si te cuento lo que le he pedido a santa crees que me lo traiga?

—No lo sé cariño, ¿Que le has pedido a santa? —pregunte con curiosidad.

—Pedi algo para que mami sea feliz —Eso me sorprendió, ¿que niño pediría algo para alguien más, en lugar de para el mismo? Está niña nunca deja de asombrarme con su bondad y ternura.

—Tu mami es feliz porque te tiene a ti cariño —le recordé, porque ningún niño debería ver a sus padres infelices.

Negó. —No lo es desde que mamá se fué

Siento mi corazón apretarse.

Pobre niña.

—¿Y que le pediste para ella? —pregunte para cambiar de tema, no quería echarme a llorar en frente de ella.

Quizás yo pueda cumplir su deseo, de algo tiene que servir tener dinero no?

—Le he pedido una mamá —dijo con reverencia y yo la observó más allá de sorprendida—asi mami ya no estará triste

¿Escucharon eso? Es mi corazón rompiéndose.

¿Que le puedo responder?

¿Cómo la ayudo?

La bajaría el cielo si fuera posible, Leslie es una niña muy dulce y se hace querer con rapidez. Te atrapa con esa sonrisa tan dulce y esa mirada risueña y me rompe el corazón que a su corta edad haya madurado tanto para ver las cosas así.

Ella debería estar creyendo en mundos de ensueño, en princesas y caballeros de brillantes armaduras. En hadas y bosques encantados. No debería estar preocupada por encontrar otra mamá para que su mami sea feliz.

Ni todo el dinero del mundo sería suficiente para darle lo que ella quiere

Otra mamá, una familia felíz.

Eso solo puede darcelo Kara y tristemente no conmigo.

Pero decirle eso, sería reconocer frente a ella que santa no existe.

Y nada me dolería más que ser yo quien tenga que romperle esa ilusión.

Aparte "Santa" no trae personas y eso lo se yo de buena fuente. Seria muy cruel de mi parte animarla a esperar algo que nunca va a llegar.

—Sabes cariño? Creo que santa trae juguetes y ropa... Ese tipo de cosas. No creo que en su gran saco rojo quepan personas. —comenzo hacer un puchero por lo que me apresure a añadir — Nunca he escuchado que traiga algo así...

—No? — Pregunta abatida y  me siento un ser miserable al ser la causante de ponerla así.

—No, lo siento cielo—digo con enorme nudo en la garganta. Al menos no he roto su ilusión al creer en Santa.

Ella se queda mirando sus zapatos en silencio por varios segundos, puedo ver cómo mueve su piecito en un tic nervioso.

Cuando levanta la mirada me pregunta

—¿Tu no puedes ser mi mamá? —dice con una mirada tan esperanzadora que mi corazón comienza una carrera a lo loco.

Se que solo han pasado unas semanas, pero ambas rubias se han metido tan dentro de mi que ser madre de esta preciosura sería un placer, pero lamentablemente Kara no me ve así.

—Oh linda, sería un honor ser tu madre, pero las cosas no se hacen asi, aunque amaría ser madre de una hermosa niña como tú, tu ya tienes una mamá...