17 de diciembre

7 0 0
                                    

He perdido lo último que te escribí como te perdí a ti,
sin saber cómo.
El cielo está llorando como lo hacía ese día en el que me dijiste adiós.

No sé cuantas veces he dicho que el dolor inspira, y ahora soy yo la que está sin respiración,
te fuiste y llegó como un vendaval arrasándolo todo a su paso.

He encontrado fotos tuyas de tiempos pasados en los que me sonreías,
he recordado la historia que escribí sobre ti para no olvidarte,
no logré acabarla, y ahora es demasiado tarde.
Nunca sabré cual era la respuesta de esa adivinanza que me decías cuando era pequeña, 
ni oiré las canciones que cantabas para que me durmiera,
no se si llegaste a oír las que te canté yo para que no te sintieras sola mientras todo iba a cámara lenta.

Sabes, han talado ese árbol que se veía desde tu ventana, 
esa desde la que veíamos como la vida seguía mientras la nuestra se paraba,
donde vimos el atardecer más bonito en la noche antes de que todo cambiara.

Quería escribirte para que supieras que estamos bien,
aunque nunca lo leerás,
quería que supieras que todas las canciones que hablan de diciembre me recuerdan a ti
y que soplar las velas ahora tiene un toque amargo,
que tengo un vídeo guardado de ese día que no he vuelto a ver porque sus ojos decían cuanto te iba a echar de menos, cuanto lo hace todavía, aunque sabía que te tenías que ir.

Mi nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora