16

711 105 2
                                    

Noviembre

Ha pasado tiempo, no puedo decir cuánto con exactitud, pero ya casi acabará el año y adivinen qué.

-¿Qué tú hiciste qué?

-Le dije que no estabas - se encoge de hombros - es horario laboral.

Tae hace una mueca y abandona la habitación, ha dicho que no es fanático de vernos discutir y que prefiere a ir a limpiar los cajones por sexta vez en el día.

-Jungkook, hoy es mi día libre, sólo vine por un par de cosas.

-Mala mía, entonces - suspira - dile que se verán otro día, no recordaba que hoy no trabajabas.

No lo soporto, de verdad que no.

Ya van varias veces en las que hace lo mismo, vienen a preguntar por mí  y Jungkook simplemente inventa cualquier excusa para prohibirles verme ¡es inaudito! para mí es difícil conocer personas y entrar en confianza, y ahora que he aprendido a soltarme un poco socialmente hablando, a jungkook le da por espantar a todo el que se me acerca.

-Jungkook ¿qué demonios ocurre contigo? no te entiendo ni un poco.

-Nada, ya te dije, se me pasó.

-Oh, inventa otra mierda mejor que esa - suspira, tira los guantes sobre el mostrador y me enfrenta - no sé que tonterías pasan por tu jodida cabeza pero ya me tienes harto.

-Estás delirando, bájale al tono ¿quieres? gritar no soluciona nada, solo me molesta más de lo que ya estoy.

-¡Encima tienes el descaro de molestarte! - resopla - ¿sabes que? al carajo contigo, no aguantaré otra situación parecida.

Tomo mi bolso y a paso rápido me dirijo la puerta, ignorando sus llamados, me tiene realmente cansado este tira y afloja estúpido en el que me mantiene.

-Jimin... ¡Jimin! - exclama, siguiéndome el paso - ¡Park Jimin! maldita sea.

Alcanzo a abrir la puerta, pero soy un jodido espagueti con una fuerza minúscula comparación de jungkook que con solo tomar mi mano, ya me arrastro escaleras arriba, dejando el estudio y a Tae a cargo.

Una vez arriba me suelta y cierra con llave de la puerta, me cruzo de brazos, otra vez lo mismo.

-¿Ya te calmaste?

-No. Vete a la mierda y quítate, ya me voy.

-No te vas, aquí pertenecerás hasta que te relajes - amenaza - no creas que no soy capaz de dejarte aquí encerrado.

Me río sin ganas e irónico.

-Por supuesto que sé de lo que eres capaz, a este punto ya nada que venga de ti me sorprende - presiono el puente de mi nariz - aclara tu mente y dime qué quieres de mi, porque no estoy entendiendo tus jueguitos idiotas, piensa con la cabeza arriba.

Tocan la puerta, Jungkook abre con rapidez y Tae aparece, aclarándose la garganta.

-El chico de antes -

-Dile que Jimin no está y estará - abro la boca, indignado hasta la conciencia - échalo de aquí.

-Pero hyung....

-Haz lo que digo, sácalo - me mira - y pobre de ti si vuelves a juntarte con imbéciles.

Doy la vuelta, encerrandome en su habitación, supongo que me quedaré aquí hasta que las cosas se calmen, me niego a hablar con él, con Jungkook no se puede razonar cuando está molesto.

Es que no lo entiendo, él no tiene derecho a decidir por mi, no somos nada porque él no quiere, así que yo puedo conocer a otras personas ¿no? ¿acaso es un delito o que? ¿soy yo quien está actuando mal? porque no quiero pensar que es mi culpa nuestra situación.

Me gusta Jungkook, me encanta, de verdad, pero sin él no quiere aclarar sus sentimientos, yo tengo que superarlo, dejarlo ir y conocer otras personas, otros hombres.

Quiero encontrar a alguien que me quiera y yo quererle igual ¿está mal pensar en eso? qué frustrante y confuso es todo.

Me acuesto en su cama y solo es peor, porque obviamente huele a él - no sé qué colonia usa, pero es deliciosa - me marea y luego estoy pensando en tonterías como en que se ve muy sexy enojado cuando hace un momento estaba por arrancarle las orejas de lo expresado que me tenía con su comportamiento infantil.

Toca la puerta, es su casa y puedo hacer lo que le venga en gana, pero por supuesto que sabe lo que le conviene y mejor toca antes de meter llave y entrar.

-Jimin.

Me volteo, dándole la espalda y mi mejor vista es la pared, lo escuchó gruñir y sus pasos acercándose, la cama se hunde debido a su peso y comienza a hablar a sabiendas de que aunque no quiero verlo, estoy escuchándolo.

-Ese sujeto es un completo imbécil, lo conozco, no quiero que te involucres con ese tipo de personas.

-Claro, eso mismo has dicho los anteriores a este, que no han sido muchos, pero tú me entiendes - su mano se posa en mi cintura, querían darme la vuelta - si es un imbécil o no, eso es algo que yo debo decir, no tú.

-No, Jimin, si puedo evitar que te hagan daño...

-Bien dicen que hay que estrellarse para aprender de las cosas - le miro un segundo - no necesito que me cuides.

Niega.

-Está en mi cuidar de ti, tengo que hacerlo.

-No, no tienes.

-Claro que si, yo te quiero, Jimin - trago saliva, no esperando esa confesión - y quiero lo mejor para ti.

Me siento, su mano cae mi pierna y lo que le digo parece hacer algo por su cerebro indeciso.

-¿Sabes qué es triste? - comienzo, sus ojos me observan expectantes y un poco tímidos - que tú podrías ser aquello mejor para mí, no solo mejor, tal vez increíble - su sonrisa decae un poco - podríamos ser lo que le falta al otro, porque yo sé que te gusto tanto como tú me gustas a mi, pero estás demasiado asustado y yo no puedo simplemente esperar a que te dé por darte cuenta de lo que quieres.

COFFEE AND TATTOOS (KM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora