Kyungsoo lo vio muchas veces desde la ventana de su apartamento. El fantasma no aparecía siempre, solo lo hacía cuando el atardecer era rojo como la sangre y en la temporada lluviosa.
Después de un tiempo, Kyungsoo comenzó a llamarle "Mi fantasma"...
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El atardecer tiñe de rojo el cielo y una sombra aparece en la calle frente al portón de la vieja mansión de "Los Kim", no toma forma hasta que la ligera lluvia arrecia, es un hombre de no más de treinta años, en sus delicadas facciones resalta un mentón afilado, labios carnosos, nariz achatada, lleva puesto un traje beige que combina a la perfección con su piel tostada que resplandece bajo las gotas de agua que escurren por sus cabellos castaños, camina con pasos ligeros y se detiene debajo de un balcón con hortencias moradas, mira al cielo con profunda tristeza y luego desaparece con una ráfaga de viento estibal, como si nunca hubiera estado ahí.
Kyungsoo lo vio muchas veces desde la ventana de su apartamento, mientras se tomaba el café de las seis, aunque cualquier hora era buena para disfrutar de una taza de café según él. El fantasma no aparecía siempre, solo lo hacía cuando el atardecer era rojo como la sangre y en la temporada lluviosa.
Después de un tiempo, Kyungsoo comenzó a llamarle "Mi fantasma". Las seis de la tarde, era su hora favorita del día.
Kyungsoo siempre me pareció interesante, era un chico expresivo y agradable, pero a veces parecía provenir de otra galaxia, casi siempre lograba mantener un hilo de conversación fluido, pero existían ocasiones en las que era necesario darle un par de golpecitos para regresarlo a la realidad, eso me gustaba de él, una parte de mí sentía que Kyungsoo no estaba del todo presente, y mi instinto lo perseguía como un perro persigue los neumáticos.
-¿Por qué estará aquí?
-¿Quién?
-Sehun, ¿has estado escuchándo? ¡Él, MI fantasma!
-No existe un registro de propiedad espiritual Kyungsoo, deja de llamarle así.
-Es mío porque yo lo he visto, ¡nadie más lo ha visto! Eso lo convierte en mi propiedad.
Me gustaba hacerlo enfadar, sus lindos labios formaban un perfecto corazón cuando rechinaba los dientes para enfatizar su enojo.
Pero me fastidiaba el tema del fantasma porque como él mismo había dicho.
-Nadie más lo ha visto, Kyungsoo ¿Eso no te dice nada?
-Debe haber una razón para que esté aquí- Me ignoró -Estoy seguro Sehun, hay veces en que lo miro mientras recorre calle abajo y siento que está esperando, algo...
-Quizá dejó un asunto inconcluso en esta vida- dije a la ligera -Ahora está atrapado en este mundo, repitiendo el mismo evento una y otra vez.
Kyungsoo se perdió un momento en sus pensamientos y me pregunté si acaso él podria ver cosas, cosas que otras personas no podían ver; y no me refiero al dichoso fantasma, para mí ese chico era un misterio por sí mismo.
-Hoy el cielo está rojo -comentó sin dirigirme la mirada ¿Quieres verlo?
Soy una persona bastánte escéptica, en todos los temas y este fantasma no me causaba tanto interés como lo hacía el hecho de que pasaría la noche en el apartamento de Kyungsoo, él y yo solos.
