Capítulo 19 : Decisiones

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Ha pasado una semana desde aquel pequeño encuentre, y la mente de la rubia no era de quien descansar. Aunque, al estar tan distraída con sus pensamientos, no se ha fijado en las leves miradas que su castaña le otorgaba a escondidas.

Diana se encontraba observando el papel en blanco encima de su escritorio. Uno que llevaba desde el empezar de la clase, pues la maestra había dado un examen ese día, y al contrario de los anteriores. Ella aún no había comenzado a escribir en el, y solo le faltaban 15 minutos para finalizar la clase.

> ¿Porque simplemente no me puede decir que si? Aunque no es como si hiciera algo para llamar su atención, además de matar mi dignidad intentando impresionarla... < Llevo el bolígrafo hacia sus labios, mordiendo un extremo de este.

- Chicos, vayan recogiendo y entregando, que la clase ya ha finalizado por hoy - La voz de la profesora se escuchó monótona, sacando a la rubia del trance.

Sin pensarlo, comenzó a rellenar el examen en tiempo récord, sin verificar dos veces su contestación. Antes de levantarse y recoger sus cosas, pues Bárbara y Hannah ya la estaban esperando afuera del salón. Al salir de este, una conmoción fue comenzada en el patio de la academia. Sus pasos, inconscientemente la llevaron hasta este, pues como toda estudiante ejemplar, tenía que velar por que las cosas estuvieran en orden, algo que no ha hecho mucho en los últimos días.

- ¡YA CIERRA EL HOCICO PERRA CALLEJERA! - La voz de Amanda se escuchaba agresiva, entre gruñidos y soplos.

- Cuando gritas no se te entiende - Se escucho la indiscutible voz de Akko, tranquila y satisfechas.

Cuando Diana pudo divisar bien lo que ocurría, solo se detuvo a ver la interacción. O más bien, a Akko, quien se encontraba nuevamente sin camisa, con solo unas vendas alrededor del pecho. El sudor recorriendo su tentadora piel, dejando que tuviera un leve brillar al reflejar la luz del sol. Recorrió su lengua por sus labios, mientras llevaba una mano cerca de su boca, con la intención de morder su uña sin dañarla. Hannah y Bárbara iban a comentar, sin embargo decidieron no hacerlo, pues cuando la chica fijaba su vista en Akko de esa manera, no había quien la sacara de ese trance por unos bueno minutos.

Akko por su parte, sintió el aroma a lavanda cerca, pero no desvió la mirada de Amanda. Quien se encontraba mostrándole nuevamente los colmillos. Esta se encontraba agotada de la misma rutina diaria, pues la contraria había tomado el hábito de amenazarla diariamente. Muchas de las ovaciones no era que lo supiera, pero el aura, aroma que sentía provenir de ella, ya le causaba hasta náuseas. Le recordaba a cómo olía su hermana mayor, cuando por poco la mataba.

- Seguís mostrando los colmillos como si se tratase de un juego - Akko comentó dando solo un paso, y tan pronto su pie tocó el suelo, su velocidad había incrementado, teniendo a Amanda por el cuello entre sus garras - Y te toparas con alguien peor que tú - Le susurro al oído, quien solo pudo contestar entre jadeos forzados al no poder respirar bien.

Akko observo los ojos de la contraria, viendo el miedo que se presentó unos segundos en estos. Simplemente para hacerla recordar el mismo mirar que le daba la madre. ¿Que tu propia madre te tenga miedo? Nada raro. Este soltó el agarre de inmediato, llevando su mirada hacia la rubia, quien aún la seguía observando, esta vez con un poco más de intriga.

La oji azul llevó su mirada hacia donde una vez estuvo parada la castaña, y luego, hacia donde se encontraba en esos momentos. Estaba atónita ante la rapidez que había mostrado la chica, y envidiaba, que no fuera ella quien estuviera en un agarre así, aunque no tan fuerte.

Ambas se quedaron observando por unos segundos, antes de que la castaña contrajera sus orejas. Y desviará su mirada con cierta pena hacia el lado, para luego comenzar a alejarse del lugar. Entre murmullos y palabras de la multitud que había sido testigo de dicho suceso, todos llegaron a una sola conclusión. Akko daba miedo. Excepto para Diana, quien está solo la encontraba cada vez más atractiva.

Diana comenzó a caminar detrás de la castaña. ¿Para que? Ni ella misma lo sabía > Venga, ni siquiera sabes lo que vas a decirle, y aún así la sigues... como no la voy a seguir, con ese sudor recorriendo su... eres una sucia.... venga eres una dama! No deberías estar obsesionada con el sudor de alguien... No es sudor! Es agua bendita!... oh por los cielooos < Tener discusiones consigo misma, a sido su diario vivir desde que vio a la castaña, y ya juraba que se estaba volviendo loca.

Cuando llegaron a un lugar, libre de alguna alma ambas se detuvieron al unísono.

- ¿Se puede saber porque me andas siguiendo? - Akko comentó algo molesta, aunque su rabo diera un pequeño vaivén entusiasmado.

Diana se mantuvo callada unos minutos, buscando algo que comentar, algo que pudiera justificar porque la había perseguido. Sin decir nada, simplemente comenzó a acercarse, observando cómo Akko comenzaba a dar pasos hacia atrás. Pero para su suerte, la castaña se encontró con una pared a sus espalda, maldiciendo su mala decisión con las direcciones. La rubia tomó la oportunidad de pinchar a la chica, colocando una mano en la pared, justo al lado del cuello de la chica y junto sus cuerpos. Siendo consiente, de la diferencia de estatura, y la ventaja que tenía la castaña sobre ella.

- Mirame bien los labios, porque solo te voy a dar una oportunidad - Diana comenzó a hablar lento, para que la otra captara bien, algo que no le tenían que decir dos veces a la castaña, pues se le hacía imposible no mirar a otro lugar que no fuera los labios de la chica y ya no era mucho por la necesidad de leerlos - O me cuentas lo que sucede contigo o me besas -

Akko rápidamente desvió su mirada hacia los ojos de la rubia, incrédula a lo que le había dicho la chica. Y pensando en lo fácil que sería simplemente empujarla, pero aunque lo pensara, su cuerpo no reaccionaba para hacer dicha acción.

- Puesss... -

Hola chicos!

Mucho amor y Feliz Navidad (Se que es un poco temprano, pero me vale) Voy a postear esto, y espero que lo disfruten, y así como un fantasma. Veré cuando vuelvo a aparecer otra vez, cruzaré los dedos de que no sea tanto tiempo. Pero por favor no me maten, al menos hasta que lo termine la historia xc

Amor timidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora