Carta de Culpa

163 6 0
                                    

10 de Noviembre 2014

Desde el umbral de la puerta donde emprendiste tu ida.

No comenzare esta carta con un “Querido”, creo que esa expresión ya no tiene el menor sentido entre tú y yo. Te has ido y lo acepto aunque el dolor sea tan profundo como la herida creada por la hoja de un cuchillo que han afilado recientemente.

Desde que abandonaste el umbral de mi pequeño mundo, reiterándome que todo había llegado a su fin, creí que no era cierto, que era una estúpida pesadilla o de esos enfados que solías fingir para luego clavar tu mirada en mis confusos ojos y tomar mi rostro con el fin de fundir nuestros labios en uno solo.

Te has ido dejándome tirada en el suelo, con mi cabello revuelto y enredado, con una mirada que se fijaba mas allá de tu ida dura e imponente, recuerdo las lagrimas saladas cayendo en el blanco sweater que suele abrigarme por las mañanas, te has ido y sé que debo seguir, pero ¿cómo lo lograre si solo poseo un par de fotografías en las que solo me mirabas?   nunca te inmutaste por sonreír al lente, solo dedicabas sonrisas a tu artista o de esa manera solías llamarme en ese momento, espero que me sigas recordando con ese nombre. ¿Cómo lo lograre si solo tengo una grabación de tu voz cantando esos “rocanroles”  que tanto te gustaban? ¿Como lograrlo todavía tengo tus besos impregnados en mi piel como tatuajes?

Sé que seguiré  por que tratare de ver tu ida como una simple expresión de libertad, pero nada será igual ¿eso lo sabes?

Tú caminaras como siempre, yo caminare dos pasos y tropezare tres, tú cantaras canciones como siempre has anhelado, yo no seré quien las escriba, tú conseguirás a alguien con quien pasar el rato, yo tendré  solo la simple compañía de un par de Cds que te pertenecen, Tú nunca más serás mío, yo siempre seré tuya.

Cuando intente recuperarte antes que pisaras el afuera de mi mundo, te pregunte qué fue lo que te había desvanecido, que fue lo que te decepcionó y  tu solo respondiste “pregúntatelo a ti misma” y te marchaste sin siquiera voltear para observar las lagrimas derramadas por ti.

“Pregúntatelo a ti misma” esa frase resuena en mi mente la mayoría del día, sé que me estas culpando, quizás si es mi culpa, quizás te falle, quizás deberías culparme por todo.

 Cúlpame por haberte mirado entre tantas personas que no valían la pena, cúlpame a mi por a haber quedado abducida por tus ojos celestes cielos, cúlpame a mi por haber llevado puesta la remera de “Harrison” tu Beatle favorito, cúlpame a mi por no haber querido hacer tan fácil todo, cúlpame por haberte enamorado, cúlpame por haber dedicado tantos sonetos a tu ser, cúlpame a mi por haber llenado cada momento con canciones de nuestras bandas favoritas, cúlpame a mi por besarte descaradamente, cúlpame a mi por compartir contigo cada despedida de sol, cúlpame a mi por haberte acompañado cuando la oscuridad nos había ahogado, cúlpame por no, lograr ser quien tu esperabas.

 Y sobre todo las cosas, cúlpame por no tener el valor de culparte a ti por todo lo que has provocado en mi.

         Si debo culparte por algo, te culpo a ti por nunca haber dicho adiós.

                                                                                                          Atte.: Tu artista

Cartas de un Baúl olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora