One

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Era un día como los demás, el peliverde se despertó gracias al sonido de su alarma, tenía que asistir aun a clases y si tenía esperanzas, él no se presentaría aquel día, quizá estaría ocupado con alguna de esas sesiones que tenia comúnmente o se iría antes de que terminara la jornada, aun que siendo realistas, eso nunca pasaba.

Suspiro un poco luego de colocarse el uniforme escolar, había perdido un poco de peso y, a consecuencia de ello, la ropa termino quedándole un poco más grande.


Midoriya: (debería comer un poco más, si sigo teniendo cambios de peso tan repentinos mi madre se preocupara)


Aquello fue casi una nota mental para el pecoso, aun que a sabiendas de que probablemente lo olvidaría después de unos días justo como las veces anteriores 

Termino de prepararse para luego dar una mirada rápida en el espejo a su aspecto, dedicándose un pequeña sonrisa en busca de darse animo a si mismo ya que sabia, lo necesitaría. Desayuno un poco, al parecer su madre había salido antes de tiempo al trabajo y le dejo un poco de huevo para desayunar junto con algo de dinero para que comprara su almuerzo en la escuela, a Izuku nunca le gusto llevar dinero ya que le era arrebatado antes de siquiera pensar en gastarlo.

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Llego la esperada pero temida hora del almuerzo, haciendo al peliverde salir del salón a pasos pesados con ganas de ser ignorado todo lo que restaba del día o simplemente desaparecer por alguna extraña razón. Sentía su respiración tornarse poco a poco más acelerada conforme se acercaba a la cafetería, lo sabia, ni siquiera tendría tiempo de entrar a esta; observo un poco la entrada, no había rastros de aquel grupo que solía atormentarlo casi todos los días, y justo cuando un rayo de esperanza se ilumino dentro de el, sintió su cuerpo ser jalado de forma brusca hacia atrás de la cafetería, evito mirar hacia los lados, solamente manteniendo su atención en el suelo o eso pretendía antes de ser empujado contra la pared y ser tomado de la barbilla.


Bakugou: hace unos momento puedo jurar que ibas a sonreír, ¿de verdad sigues teniendo esperanzas, Deku?


el tiempo se detuvo al escuchar aquel apodo, sintió su corazón palpitar de manera rápida, su respiración paro por unos momentos hasta que finalmente dirigió su mirada hacia aquellos ojos carmesí que lo miraban de manera intimidante, casi con hambre, como si pudiera ver a través de su cuerpo, haciéndolo sentir patético y pequeño.


Midoriya: y..yo solo, tengo dinero el día de hoy, es...eso es lo que quieres, ¿no? te lo daré, por completo, solo hoy no quiero esto, por favor, Kacchan, yo-


Tardo un momento en analizarlo, le había dado un puñetazo. Sintió los dedos del rubio rodear y apretar su cuello, aquello lo hizo quedarse casi sin respiración durante unos segundos, tosió un poco cuando su cuello fue soltado mientras su cuerpo tembló de manera leve luego de que el rubio se acercara a su oído y susurrara con una voz baja


Bakugou: por hoy seré generoso y te dejare ir, pervertido de mierda


Dijo lo ultimo sacando el dinero de la bolsa ajena y dando un pequeño rodillazo en el abdomen del mas bajo, haciéndolo sacar el aire que llenaba sus pulmones e hincarse en el suelo tratando de recuperar la compostura y el oxigeno. Lagrimas pequeñas resbalaron de sus ojos, seguido de un fuerte sentimiento de culpabilidad y una vez que los contrarios se retiraron, emprendió su camino a los baños, con pasos algo torpes pero rápidos.

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Se sentía sofocado en aquel pequeño lugar y la mano sobre su boca no le era de ayuda, apretó sus parpados humedecidos en lagrimas hasta finalmente dejar salir un pequeño lloriqueo, sintiendo la mano sobre sus labios pegarse un poco más a estos. El ritmo era rápido, queriendo conservar aquel sentimiento de asfixia y los dedos sobre su cuello, bajo la mano de su boca hasta su garganta, envolviéndose a si mismo en un éxtasis tan satisfactorio una vez que dejo de entrar aire a sus pulmones haciéndolo llegar a su ansiado orgasmo, con las piernas temblorosas y los labios maltratados a causa de las numerosas mordidas a estos para mantenerse callado. lo mismo de todos los días, Izuku se había masturbado pensando en Bakugou, en como este lo acorralaba y maltrataba como siempre; pronto más lagrimas salieron de sus ojos, ahora siendo de culpabilidad, junto con sentimientos de asco hacia si mismo, dejando que su cuerpo cayera sentado en el retrete, tomo un poco de papel para limpiar su mano y entrepierna, una vez que termino aquello, reacomodo su uniforme y salió del baño para lavar sus manos.

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Guardo sus cosas, sonriendo cuando encontró aquel cuaderno donde tenia algunas calcomanías de superhéroes y dibujos en su interior junto con algunas medidas y fotos de su infancia, estaba dispuesto a guardarlo hasta que le fue arrebatado por un chico de pelo castaño, al cual conocía a la perfección


X: ¿Qué tienes aquí?

X2: quizá es su porno gay, deberías soltarlo o terminaras como él


las risas que sus "amigos" le eran lastimeras, no por el hecho de que eran burlas hacia su persona, sino por que aquel rubio no decía nada, nada acerca de los recuerdos o sentimientos de aquella libreta, lo miro un poco de reojo, sabia que él reconocía aquella libreta, tenia que reconocerla. Pronto aquel cuaderno fue arrebatado de las manos del castaño para pasar a ser ojeado por el de ojos carmesí


Bakugou: Creí que ya habías tirado esta mierda, no es más que basura, ¿o acaso la guardas para algún intento de chantaje emocional? Bueno, lánzate por el techo junto a tus esperanzas de que esto pase


Menciono mientras apuntaba al cuaderno y finalmente lo tiraba por la ventana. En ese momento el corazón de Midoriya se estrujo, y pudo sentir como este era arrojado de manera no literal por la ventana junto a aquel cuaderno, quiso ponerse de pie y preguntarle directamente al rubio, decir algo, lo que fuera, pero su cuerpo no reaccionaba, y nunca se atrevería a ponerse en contra de Kacchan, no podría. Pronto el rubio se encamino a la puerta de salida, con las manos en sus bolsillos, ocultando lo temblorosas que estas estaban 


X: ¿no haremos nada hoy?

X2: ¿te iras tan pronto?


Bakugou solo detuvo un momento sus pasos, y sin voltear su vista, formo una pequeña sonrisa en sus labios mientras abría la puerta del salón y salía de este


Bakugou: Hagan lo que quieran.


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Stay With Me (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora