Amor Muerte + Autómatas.

Amor Muerte + Autómatas parte 2

Una cuadra antes de llegar a su "lugar de trabajo" un coche de lujo negro sube la acera y frena bruscamente delante de ella, se baja junto a dos guardaespaldas un hombre en un traje negro lujoso y pelo plateado.
-Leia* Pensé que esta sería una buena noche...
-Marcus* Por respeto a nuestra historia te he dejado correr, pero ya te estás propasando y este es mi territorio o empiezas a pagar como todas o vete de éstas calles.
-Uy si eres el ex más amable del mundo, yo no me meto en tus asuntos y tu no te metes en los míos así quedamos.
Marcus no soportaba más su actitud desafiante, la muy cabrona sabía que aún le gustaba, pero esos eran sus hombres y el no podía dar más señales de debilidad.
-Esto se acabó, nos la llevamos - hizo seña a los brutos- tomenla y metanla al maletero.
-No te atreverías - retrocedía dos pasos y se ponía a la defensiva-
-Si y que vas a hacer llamar a la poli?
Un extraño de pelo negro, rostro afilado, alta estatura, delgado en un elegante traje azul y su autómata aparecían.
-Desconocido*Dejadla en paz
-Marcus* Muchacho a nadie le gustan los héroes
-Yo? Héroe? No que va, yo no tengo madera de héroe pero Bartolomew si.
El autómata de considerable tamaño alzaba sus brazos y dejaba ver dos cañones rotatorios.
Los hombres espantados no estaban acostumbrados a ver un autómata armado del tamaño de un estibador.
-Ganas por esta vez pero vendré a verte cuando tu amiguito no esté.
El auto dejó la asera y desapareció en el horizonte de la autopista a toda velocidad.
-Tu nombre? - dijo Leia sin poder esconder su estupor
-James
-Bueno, pues gracias James, Algún día te devolveré el favor.
-Que tal ahora?
-Bueno...
-Mira te daré dos opciones, puedes dejarme acompañarte hasta tu casa o aceptarme una copa -le sonreía juguetonamente con sus ojos verdes.
-Te acepto la copa pero sólo porque no te voy a llevar hasta mi casa, no es algo que haga con extraños.
-Nos vamos entonces
-Bueno y donde está tu auto
-No importa el viene hasta aquí
-Cómo?!
James sacó su móvil y tecleo algo indistinguible para Leia, un auto platino de forma de berlina de la popular marca de autómatas Hank apareció y se detuvo delante de ellos.
-Nos vamos? - Le abrió la puerta y ella entró en el asiento del acompañante.
Unos minutos después estaban en un bar de tapas no muy lejos del Pulgatory. Leia sabía que había perdido la noche como también persibía que su acompañante no tenía interés en ser cliente.
-Nunca había visto un auto como ese, ni un autómata como ese... Quien diablos eres?
-James, ya te lo he dicho
-James que cosa? James el ingeniero, James el empresario, James el salvador de damas en apuro??
-James Hank, inventor o eso creo.
-Ya todo explicado entonces. Que hace un magnate haciendo trabajo policial.
-Iba en camino al Pulgatory y vi tu escena
-Y vas ayudando a todo el que se te cruza por delante?
-A las damas si...
-Bueno pues satisfecha mi curiosidad creo que puedo irme
-...... te hecho perder la noche, no?
-Si, eso mismo que piensas soy
-Dejame pagarte
-No lo permitiría, así te devuelvo el favor y no tendré que verte más
-Tanto asco damos los ricos? Pues me has malinterpretado no pretendo pagarte así nada más, te voy a ofrecer un empleo, uno de una noche..
-No pensaba que estarías interesado
-No, malinterpretas de nuevo, mañana tengo que terminar un proyecto muy especial, quiero que me ayudes como asistente.
-Sólo por curiosidad acepto.
Pactado el encuentro y hora en que la recogería en el lugar que ella indicaba como su casa, aunque difiriera por cinco cuadras del lugar real, ella dejaba el bar en un uber pagado por ella hasta su casa, el la miró fijamente mientras se alejaba era una mujer hermosa, con esa belleza y estilo suposo que pudo haber sido de las mejores modelos que el mundo hubiera admirado, solo había nacido en las casta social equivocada.
A la próxima noche estaba preparada una hora antes del tiempo que cálculo que le tomaría llegar hasta su dirección falsa, esperaría en el lugar como si acabará de salir del portal. Vestía un pantalón blanco de tela ancho puesto a la estrecha cintura, una blusa rosa casi transparente que dejaba ver los hombros de una piel perfecta y blanca , zapatos de plataforma que lucían como sandalias, el pelo negro suelto le llegaba hasta media espalda era elegante y a la vez sencillo.
A la hora exacta si un minuto de retraso aparecía el auto automático de la noche anterior, esta vez sin conductor, sólo una papel en el asiento con indicaciones de "Entra" y que botón pulsar para seguir la marcha, el viaje fue inesperadamente rápido o quizás su admiración por aquella pieza única de tecnología le hizo volar el tiempo, parecía algo futurista.
Al llegar al edificio Hank el auto aparcó en la entrada, era muy pasado del horario de trabajo, al parecer el edifico primariamente gris oscuro que ocupaba una cuadra y varios metros de cielo estaba vacío excepto por el dueño, para una vez que un rico se gana su propio dinero.
Entró en el gran lobbit todo de cristal y con tonos azules un espacio abierto con disposiciones de mesas y sillas agrupadas por todo el lugar, muy elegante la verdad, caminó guiándose por un camino de flacas de luces en las paredes pasando una gran mesa de recepción, pantallas led al parecer, no sabía porque se le antojaba romántico todo aquello. Entró en un ascensor que la llevó automáticamente hacia una sala rodeada de ventanas de cristales que estaban en diagonal, formando una sala circular al asomarse se dio cuenta que la sala se alzaba en un pilar dentro del edificio, las líneas de montaje rodeaban el lugar, era como una torre de control, un lugar desde donde se veía y se sabía todo.
James se distinguía dentro y al centro de la habitación extrañamente parecía vestido como un técnico pollera y jeans ajustados, estaba frente una mesa técnica, con luces en los bordes y un brazo mecánico colgante con un foco de luz muy fuerte encima  se veía concentrado en algo.
Leia se acercó.
-Es eso un autómata? Parece una chica!