El choque entre un cuchillo de mesa y una copa de champán produjo un estruendo que se escuchó por todo el salón de eventos, atrayendo la atención de los invitados y acallando las conversaciones que tenían entre ellos. La música que anteriormente se reproducía fue bajando de nivel hasta que el silencio y la duda por parte de los presentes reinó en el lugar.En el centro de la pista se podía ver la figura de un joven de cabellos negros limpiamente peinados hacia atrás, vistiendo un pulcro y elegante traje blanco, llevando en sus manos los objetos causantes de dicho sonido.
Con nervios, pero valientemente, comenzó a hablar;
—Agradezco a todos los presentes por estar aquí, por venir y no dejarme solo en este día, que se supone sería el más importante de mi vida, de nuestras vidas -se corrigió-. Sé que no fue fácil para ustedes tragarse su dolor y presentarse aquí, sé que vacilaron y se replantearon una y mil veces si era buena idea venir, arreglarse, maquillarse, vestirse o tan siquiera levantarse de su cama; lo sé porque yo lo pensé una y otra y otra vez a lo largo de todos estos días—un suspiro salió de sus labios. Caminó unos cuantos pasos hasta llegar a la mesa más cercana, dejó lo que tenía en sus manos, jaló una silla y la dejó donde antes había estado.
La mamá de Jimin hizo el amago de levantarse de su lugar con el objetivo de llevárselo arrastras de ahí pues no quería ver a su hijo hablar con esa mirada vacía y tono de voz tan lastimero, pero fue detenida por su marido mientras este negaba con su cabeza en señal de que lo dejara ser.
—Para todos aquellos que me conocen, saben que nunca fui bueno dando discursos y menos hablando en público pues la mayor parte del tiempo he sido una persona de pocas palabras, bien decía mi amado prometido; menos charla y más acción. Sin embargo, el día de hoy es diferente, el día de hoy me dieron ganas de dar el discurso más largo que escucharán en sus vidas y, probablemente, el más largo que daré en lo que reste de la mía—cruzó una pierna sobre la otra y entrelazó los dedos de sus pequeñas manos—. Así que, sobre aviso no hay engaño. Yo les recomiendo que se sienten si no se quieren cansar, o bien se marchen si no quieren escucharme hablar por lo que será la próxima hora.
》He tenido muchos buenos días, y considerándolo bien, mi top diez de días más hermosos son todos al lado de Min Yoongi—unos pequeños "Hey" con fingido tono molesto por parte de su mejor amigo y madre se escucharon, al igual que un par de risas—. Sin el afán de ofender Seokjinnie y madre. Con Jin por supuesto que disfruté de aquella vez en la que, junto a Jungkook, Nam hyung y Taehyung corrimos -más ebrios que sobrios, cabe aclarar- para que la policía no nos arrestara por llevarle una serenata a Yoongi a las cuatro de la mañana
—Pero las risas no faltaron—se escuchó el gritó de Tae en el fondo. Su voz sonó gangosa producto del llanto que había soltado justo en el momento que Jimin comenzó a hablar.
—Tienes razón, Taehyung. ¿Qué hubiera hecho sin ustedes? —se preguntó por lo bajo—. Y bueno, madre ¿cómo olvidar el día en el que lo único que había para comer eran dos insulsas tortillas con sal y nosotros tres? Me diste una entera a mí, la otra la partiste por la mitad para ti y la otra para padre, jamás lo olvidaré.
》Sin embargo, el día que Min Yoongi me propuso matrimonio fue el más hermoso que he vivido y viviré en toda mi vida; esta historia no la había contado a nadie porque soy egoísta y quería guardarla celosamente para sí mismo, incluso le dije a él que no le dijera a nadie —sus manos empezaron a temblar discretamente—. Pero como es un día especial, les contaré.
》Fuimos a acampar a una de las muchas playas que hay en Busan para celebrar el aumento que me dieron en donde trabajo. Como estaba casi desierta al no ser temporada, nos instalamos en cualquier lugar que encontramos, pero fijándonos que estuviera un poco aplanado y limpio.
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Bailemos -YM-
FanfictionAún con meses de anticipación, cada noche que Min llegaba del trabajo me decía; "Tenemos que practicar ya para bailar en nuestra boda. Bailemos"