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-¡Feliz navidad, Momoring! - la japonesa mayor sonrió tomando el pequeño regalo de su mejor amiga, abriendo y encontrando un lindo collar con las letras "S x M".
-Gracias, Sana - ahora ella le extendió un regalo, sin mucho cuidado la menor lo abrió dejando a la vista un lápiz con el grabado "M. Sana"-. Feliz navidad.
La menor empezó a saltar emocionada por el lápiz, aquel que siempre había querido y que costaba mucho por ser personalizado. Se lanzo contra la otra abrazándola por el cuello y dejando besos en su mejilla con la palabra "gracias" siendo repetida muchas veces. Momo simplemente se dejo, era navidad, así que dejaría que haga lo que quisiera. La mayor miro hacia arriba y se encontró con una sorpresa que la hizo sonrojar y pedir al cielo que Sana no lo viera.
Obviamente no le hizo caso y Sana se separo, mirando el techo y encontrándose con un muérdago. Ambas se quedaron en silencio mirando dicho objeto, sin saber que hacer: ignorarlo o seguir con aquella tradición estaunidense. Sana sonrió de manera sospechosa y miro a Momo, quien la ignoraba aun con las mejillas sonrojadas. Estiro los brazos a los lados esperando que la japonesa mayor la abrazara y diera el beso, cosa que no paso ya que Momo se fue de inmediato.
-¡Momoring! - se quejo dando unos cuantos saltos hasta tomar el muérdago y seguir a la morocha, quien intento acelerar su caminata en vano, ya que termino alcanzándola-. ¡No es justo! - Momo suspiro volteando a verla, rápidamente Sana levanto el muérdago y estiro los labios esperando un beso.
-Sana... - suspiro alejando su rostro cada vez que la menor se acercaba, al punto en donde terminaron en una extraña posición en donde afectaría la espalda de Momo.
-Solo es un beso, no es como si fuera el primero que nos damos uno - se retiro haciendo un puchero, Momo solo aprovecho para escaparse de sus garras-. ¡Momo!
Y así estuvieron todo la festividad navideña, en familia y Sana insistiendo que Momo debería darle un beso porque así dictaba el destino. Sus padres, simplemente reían. Ellos siempre supieron que Sana y Momo tendrían una relaciona así e inclusos sospechando que mantenían una amorosa. Solamente dejaron ser a sus hijas y mirar el espectáculo que siempre les daban.
Una pequeña Sana se encontraba en el patio mirando el cielo, ya pronto terminaba la navidad y no había obtenido un beso de Momo, su adoración. Cada año era mas difícil lograr que Momo le diera un beso, así fuera en la frente o mejilla. Inflo las mejillas mientras su cabello se movía junto con el aire sin apartar su vista de la luna. Momo la miraba desde lejos en el marco de la puerta, pensando seriamente que es lo que debería de hacer. Le incomodaba dar besos a Sana últimamente, cosa que no entendía bien del todo.
-Deberías dárselo, hija - miro a su padre, quien tenia una cerveza en mano mirando a la rubia, era obvio que se sentía triste por no tener su "premio".
-No lo se, me parece... me incomoda hacerlo - su padre intercambio miradas con su pequeña, dándole una caricia en la cabeza-. Y no se porque.
-¿Te incomoda darle un beso a tu mejor amiga? ¿incluso en la mejilla? - Momo encogió los hombros mirando al frente, el hombre suspiro y dio palmadas en su espalda-. Te diré algo, si es por algún resentimiento que le tienes, entonces díselo y lo arreglan.
