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Una semana. Una semana había pasado y MinHo siente que va a perder la cabeza teniendo a JiSung siempre a su alrededor. Tiene a la mayor tentación frente a sus ojos; perfectamente a su alcance. Incluso podría acercarse, posar su diestra en su nuca y atraerlo hacia él para unir sus labios de una vez por todas.
Pero no puede. Hay algo que se lo impide y no se trata nada más de su orgullo. Es algo que va más allá de sus problemas personales y dilemas constantes; la presencia de tantos conocidos de JiSung y, además, que no puede cometer la desfachatez de saltarse las reglas por un tonto capricho suyo.
Aunque Han no es un simple capricho y eso era lo que más le enojaba.
— ¿MinHo, dime estás escuchando? —La voz de YeJi le trae de vuelta al presente-. Llevas como cinco minutos mirando una pared con cara de querer asesinar a alguien.
El pelinegro recarga su mejilla izquierda en la palma de su mano, encogiéndose de hombros y deslizando su vista de su compañera hacia el castaño recién llegado. Al instante vuelve a perderse en sus pensamientos, como siempre le pasaba cada vez que contemplaba al mayor por unos Cuantos segundos. Porque, joder, ¿Es posible que alguien luzca como un Dios con tan solo existir?
Y el que estuviera así vestido no ayudaba en nada para que cierta parte de él se quede como está. Aquellos pantalones negros se ajustan a sus piernas y caderas perfectamente, resaltando la increible figura que poseia. Su camisa blanca de manga larga, que le queda levemente suelta y le hace lucir tan adorable junto a su pelito castaño ordenado.
Tiene tantas ganas de besarlo y desordenar ese cabello, alzarlo para que enrolle sus piernas en su cadera y ponerlo contra la..
— ¡Minho, por el amor a Dios, escúchame!
— Ya te escuché, YeJi. Solo pensaba.
La chica alza una ceja y se acerca a él con complicidad, invadiendo tanto su espacio que Jeon se echa para atrás en un intento de mantenerse alejado.
— ¿Pensando en de qué manera y en qué lugar follarte a uno de los modelos de la empresa para la cual trabajas, Lee? Eso no es muy profesional de tu parte, pero tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo.
— MinHo palidece, sintiendo un calor insoportable en sus mejillas.
— ¿Cómo demonios..?
El dedo indice de la contraria se posa en sus labios, callándole abruptamente mientras sonríe con evidente diversión ante su repentino nerviosismo. Y sonríe aún más al notar que Han JiSung pone toda su atención en ellos, mirándoles con curiosidad.
MinHo, ya harto de aquella situación, se pone de pie y se dirige a los baños; pasando al lado de JiSung y haciendo como si no estuviese ahí. Puede que así fuera mejor. Simular que no existe y que su cercanía no le altera los nervios y las hormonas, por no decir que todo.
