2. Watch Your Moves, Babe.

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       –Señor, ¿puede por favor repetirme qué diablos estamos haciendo...?–.

       –Vigilando a la Estrellita Fugaz de un privilegiado hijo de puta, ¡naturalmente~!–.
   
        Se hallaban en uno de los barrios más exclusivos del Infierno, de relucientes mansiones demoníacas y elegantes Overlords que iban y venían dándose aires de importancia, como si realmente lo valieran. Imponentes castillos de piedra y mármol se alzaban en todas direcciones, así como modernas residencias de colores vibrantes, con el respectivo escudo de sus poderosos dueños, como si no quisieran recalcar otra cosa. Para Blitz, todo era pura fachada. Se apostaba los cuernos a que más de la mitad de los vecinos de Stolas estaban allí de pura suerte, ya sea por tener un parentesco lejano con Lucifer o porque simplemente tenían dinero. Muy pocos Goethias podían presumir de tener un poder similar a los verdaderos Lords del Infierno...
      
         Pero Stolas sí podía. Vaya que sí lo tenía.

         Su mansión se hallaba al final de la calle, en el centro mismo del lugar. Aunque... Mucho me temo que no le hago justicia al referirla como "una mansión". No, ¡Stolas tenía un maldito palacio...!

          Ni Millie ni Moxxie habían visto tal belleza en el Infierno, rodeada de tantos y tan divinos jardines. Un castillo, eso era, un enorme castillo de piedra, con hermosos grabados en oro y cortinas de seda. Dibujos de constelaciones y lunas doradas decoraban los bordes de cada terraza, así como cristales de diversos colores en cada ventana. Los dos se quedaron atónitos al verla, preguntándose cómo diablos le hizo Blitzø para cogerse al dueño. Su Alteza estaba en un nivel completamente diferente al suyo, sin duda... 

         –Señor, yo sé que hizo un trato con Su Excelencia... pero esto es demasiado–.

        Moxxie se adelantó, observando con aire crítico la alta reja que rodeaba el perímetro, como una amenaza.

        –No sé cómo le hizo usted para entrar aquí, pero este lugar no sólo tiene demasiadas ventanas sino que además parece una maldita fortaleza... ¿¿Cómo rayos vamos a ver lo que hace la princesa si es seguro que Stolas jamás la dejaría salir de aquí??–.

         –Olvidas que hablas con el tipo que se mete aquí todos los meses para follarse a un puto pájaro–. Blitz esbozó una sonrisa a medias, apoyándose contra el muro como si tal cosa. –Creéme, si la princesita tiene un novio, sé por dónde va a salir. Todo lo que tenemos que hacer es sentarnos aquí a esperar–.

        Millie asintió, entusiasmada, pero Moxxie sólo hizo una mueca.

         –Ugh, la próxima vez que su amante lo amenace sexualmente, manténganos fuera de esto... –.

          Blitz frunció el ceño, crujiendo los dientes.

          –¿¿Disculpa?? Te recuerdo que si Stolas quiere quitarme el Libro, es un problema DE LA EMPRESA, no sólo mío–.

         –¡Bueno, pues la próxima vez no sea tan inmaduro como para hacer un negocio con algo que es de su amante...!–.

        –¡MOXXIE, NOS LIBRAREMOS DE SUS LLAMADAS ERÓTICAS GRACIAS A ESTO...!–.

        –¿CÓMO QUE "NOS"? ¡¡ÉSE ES TU PROBLEMA, PAYASO INFELIZ...!!–.

        –Chicos, chicos, ya cálmense–.

         Millie intervino, posándose entre ambos imps con paso seguro y confiable. Les sonrió, y señaló un pequeño café en la esquina de enfrente.

         –¿Por qué no vamos y esperamos desde allí? Octavia no puede ir muy lejos con nosotros vigilando–.

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Operación V.I.A. /Una Historia de Helluva Boss ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora