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Los ojos de todos los habitantes de la tribu estaban fijos en la pequeña bolita de pelo sucia y llena de tierra que descansaba en medio de todas las viviendas que poblaban esa zona de la Sabana, un silencio sepulcral reinando durante aquel atardecer dorado.

Para todos había sido una sorpresa cuando Seoul, que había comenzado su labor de parto el día anterior, había mutado a su elegante Lobo Etíope unos minutos antes de por fin dar a luz, justo después de salir corriendo de la choza que compartía con su Elegido, terminando así en medio de la plaza. La matrona, que la había estado atendiendo en su forma humana, supo inmediatamente la vio transformarse que el ser que llevaba dentro no iba a traer nada bueno ni para ella ni para la tribu.

No se equivocó, todos podían ver al animalito revolcándose con timidez en busca de su madre, que nada más alumbrarlo se había alejado hacia su Elegido, con quien ahora observaba atentamente aquel ser que acababa de traer al mundo, horrorizada.

Kook, que había escuchado el alboroto desde su choza, luchaba por hacerse sitio en medio de toda la gente, intentando llegar al centro para ver qué era lo que sucedía, por qué los tenía tan alterados a todos.

-¡Papá! -el muchacho llamó cuando pudo ver a su León padre cerca del círculo que los demás habían creado alrededor del centro de la plaza, ocultando lo que fuera de su visión. -¿Qué está pasando? ¿Qué pasa?

-Ha nacido el... bebé de Loba Seoul y Zorro Seok.

-¡Oh! ¿En serio? ¿Aquí afuera? -Kook se colgó del brazo de su padre, intentando alzarse sobre las puntas de sus pies descalzos para poder ver por sobre los hombros y las cabezas de quienes aún tenía por delante.

-Nació animal, Águila Kook.

Los saltitos del chico se detuvieron cuando las palabras de la mujer que tenía al lado llegaron a él, asustándolo. Kook no tenía más que doce años, era muy joven aún, pero las leyendas de las Tribus Feroces debían conocerse desde que se desarrollaba lo suficiente la habilidad de razonar, pues eran un pilar fundamental en sus creencias y en su cultura.

-¿Papá? -llamó de nuevo a su padre, acercándose más a él, buscando sentirse protegido de algo que ni siquiera conocía.

-Ven, mira -León Nam apartó con cuidado a quienes tenía delante y ayudó a su tercer hijo a acercarse al centro, señalando con la barbilla al animalito que seguía enrollado en el suelo, limpiándose a sí mismo cuando se dio cuenta de que nadie más lo haría por él, revelando poco a poco un pelaje rojizo claro con destellos dorados, casi como el Sol que en ese momento iluminaba con calidez aquella escena que todos rechazaban.

-¿Recuerdas el otro día, cuando me preguntaste por qué la Diosa Feroz prohíbe la unión de dos especies diferentes, por muy similares que sean?

Kook asintió con la cabeza, sus ojos de águila fijos en la cría de Seoul. El animalito tenía las orejas más largas que las de un zorro rojo, el animal de su padre Seok, pero los pequeños ojos más rasgados que los de un lobo etíope, el de su madre Seoul. La cola era larga, la más larga que Kook había visto en un animal tan pequeñito, y aunque tenía vibrisas como su padre, éstas eran casi inexistentes, cortas y de apariencia débil, insuficientes para un zorro, pero sobrantes para un lobo.

-¿Qué es? -le preguntó a su padre, aunque la respuesta era evidente. Aquello no era nada, no según las costumbres de las Tribus Feroces, venerantes de la Diosa Feroz, bendecidas por ella con el Espíritu Animal.

-Un híbrido. ¿Sabes qué pasa con los híbridos, hijo?

El muchacho negó, consternado. Según las costumbres, eso que tenía delante era un castigo de la Diosa por la desobediencia de Seoul y Seok, pero él realmente no podía ver más allá de la tristeza y la soledad que le evocaba la cría del Zorro y la Loba, limpiándose a sí misma y mirando de vez en cuando hacia los lados, acurrucándose más en el centro cuando parecía notarlos a ellos, que le debían de resultar extraños, peligrosos. Que lo juzgaban con la mirada, como si él hubiera hecho algo malo, como si él tuviera la culpa de ser lo que era.

Sol [OS] - KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora