Capítulo 1
Hoy era el día, era 23 de Junio, y estaba haciendo mis maletas para ir a mi nueva ciudad.
Para empezar, me llamo Anna Granger, tengo 16 años y vivo en Madrid, aunque mi madre es francesa.
Mañana me mudo a Barcelona, por temas del trabajo de mi padre, es ejecutivo en una gran empresa y le han destinado a allí. Sé que debería estar triste por dejar mi ciudad natal, pero la verdad es que me atrae bastante la idea de conocer una nueva ciudad y con ello, nuevos amigos. Aunque eso no quitaría que echaría muchísimo de menos a Soraya y Héctor, ellos son mis amigos desde que soy capaz de recordar.
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-Ay, tía! ¿Qué voy a hacer yo sin ti? – me dijo Soraya con lagrimas en los ojos.
-Tranquila Sori* vendré a verte, lo prometo.- la conteste intentando que se tranquilizara.
-Te echare mucho de menos cielo.- Se echó a llorar.
-Y yo a ti también. _ La dije con un nudo en la garganta mientras la abrazaba fuertemente. – Pero no le digas nada a Héctor aun, por favor.
De repente, Héctor apareció con cara de susto.
-¿Decirme qué, chicas?- Preguntó nervioso.
-Os dejo solos.- Contesto Soraya dejándome sola ante el.
-Esto… y...yo… Me voy de Madrid… - Dije nerviosa, y a punto de llorar.
-¿QUÉ?- Me contesto histérico.
-Es por el trabajo de mi padre, le han mandado a Barcelona…
-¿Y no pensabas decírmelo?- Contesto muy enfadado.
-Sí, solo que quería pensar las palabras oportunas… Lo siento Héctor, en serio que te lo iba a decir, pero no sabía cómo decirte nada sin ponerme a llorar…- le dije llorando y abrazándole
-Eh, eh! Tranquila Anna, que no pasa nada… No llores preciosa, que las princesas no lloran…- me dijo tranquilizand… ¡Espera! ¿¡PRINCESA!? ¿¡ME HABIA LLAMADO PRINCESA!? Y… ¡Se está acercando a mí! ¿Qué hago? ¿Le beso?...
Y le bese, fue un beso cálido, con amor, nunca imagine que podría sentir tantas cosas con un beso…
Y al parecer, el también lo sentía, seguimos besándonos un buen tiempo, no sabía si habían pasado horas, minutos, días… Lo único que sabía es que no quería que esa sensación desapareciera.
Héctor y yo decidimos que no saldríamos, porque no sería justo empezar una relación si yo iba a estar a 700 km de él, pero me dijo que en cuanto cumpliera los 18 años, (pues el tenia 17, y le quedaban pocos mese para llegar a la mayoría de edad), vendría a verme y estaríamos juntos, Dios, como me gustaba este chico, cada día mas…
Ya ha llegado el día en el que me mudo a la que ahora será mi nueva ciudad, me puse los cascos y encendí mi I-Pod, dispuesta a olvidarme de todo por un rato.