Shake.

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—¿Toge... Inumaki?

—Oh ¿te tocó con Inumaki-sempai? —la de pelo rizado se posicionó a su lado con tal de mirar el pequeño papel en el cual estaba el kanji del nombre del albino—. Vaya suerte la tuya.

—¿Quién es? —preguntó algo confundida observando como los ojos marrones de su mejor amiga la miraba con desaprobación.

—Me decepcionas, Fuyuka —Fuyuka encorvó las cejas arrepentida por haber preguntado, a lo que la castaña negó varias veces—. Es un estudiante de segundo año, su técnica es Discurso maldito. De hecho, es muy parecida a la tuya ahora que lo pienso.

—Pero yo escribo.

—Y el habla, animal —le dedicó una mirada sarcástica, Natsuki solía ser de las personas que le hablaba mal a los demás—. Sus técnicas funcionan de la misma forma.

Fuyuka le dedicó un ceño fruncido a su amiga por el insulto gratuito.
Natsuki Jin, también conocida como Tsuki, era la mejor amiga de Fuyuka Kyoko desde hace unos años. La chica era de tes mulata, cabello rizado, ojos marrones que a la par de grande y rostro ligeramente rectangular. Su personalidad era muy versátil, un día podía actuar como un hombre sin importarle que pase y al otro estaría vistiendo como un modelo de trajes de pasarela; eso sí, de todo menos como mujer. Sin embargo, era muy buena persona, a excepción de su mal hablar con la gente, característica que compartía con Fushiguro, un amigo cercano de ambas por ser familia de Kyoko. Aunque, a diferencia de Jin, Megumi si respetaba los rangos y hablaba de buena forma, Tsuki no lo hacía.
Por otro lado, estaba Fuyuka, apodada de cariño como Fuyu. Era una chica tímida, pero cuando cogía cierta confianza con las personas, se veía su verdadero ser; una chica cariñosa y sarcástica. Eso sí, su aspecto no era para nada parecido a su personalidad. Solía tener su cabello azabache atado en una coleta alta, dejando a su suerte varios mechones cayendo por su frente como un pequeño flequillo. Encima, llevaba varios pearcing en las orejas que hacían que su apariencia fuera de matona, sus ojos eran un tipo de azul verdoso, asimilándose a la aguamarina y a parte eran alargados con grandes pestañas.

—¿A ti con quien te tocó? —preguntó la azabache dejando de lado el papel.

—Con Itadori —una sonrisa contenta se hizo ver en sus labios.

—¿No era yo la suertuda? —contestó irónica mientras cruzaba los brazos—. Te tocó con el solecito de Yuuji. Me sorprende que ambos se lleven bien considerando tu personalidad de mierda.

—Mira coño —frunció el ceño haciendo que una ligera sonrisa apareciera en la cara de Kyoko al ver como su entrecejo se arrugaba, pero sus cejas no se notaban al ser tan pocas—, para llevarse mal con Itadori hay que tener problemas, literalmente.

—Es cierto —terminó por reír en lo que cogía su maleta y revisaba el número de su habitación—. ¿Vas a ir ahora?

—Si, quizás Itadori este ahí ya.

—Yo me pondré a buscar mi cuarto.

Tras su separación, Fuyuka empezó revisando las habitaciones del primer piso quedando como estúpida al fijarse que el piso que le fue asignado estaba escrito unas líneas más abajo.
Finalmente, al llegar, se quedó parada en frente de la puerta al escuchar movimiento dentro. ¿Qué clase de persona era Inumaki-sempai? La única forma de saber era entrando al aposento compartido.

—Disculpa —abrió la puerta observando un pasillo con dos puertas a los lados y al final del pasillo se veían los pies de las camas que iban a ocupar. Se detuvo un momento con tal de quitarse los zapatos—. ¿Hola?

—Sujiko —escuchó decir. Levantó la cabeza, encontrándose con un chico bajito de pelo blanco y ojos morados.

No llevaba el uniforme, de hecho, traía puesto un poloche de mangas cortas de color blanco, unas bermudas y lo que más le asombró a Kyoko es que tuviera puesto unas medias negras hasta arriba sin la parte de los dedos y el talón. Los laterales de su boca tenían varios círculos unidos a sus labios por medio de líneas negras.

—¿Sujiko? —cuestionó extrañada la chica acercándose al peliblanco, llevándose la grata sorpresa de que, aunque fuera bajito, ella resultaba ser más grande que él y eso que no era particularmente alta—. Cierto, tu técnica es discurso maldito.

—Shake —la azabache sonrió. El chico parecía ser inexpresivo.

—Entonces, Sujiko sería un Hola o ¿bienvenido?

—Shake —contestó realizando una confirmación con la cabeza.

—Y shake es una afirmación. Entiendo —dijo cruzando sus brazos—. ¿Alguna forma de negar?

—Okaka —contestó simplemente, sacándole una sonrisa a la chica.

—No creas que me burlo de ti, de hecho, tu situación es muy parecida a la mía, aunque tú lo tienes más difícil —dirigió su mano a la maleta que anteriormente había soltado para hablar con su compañero.

—Tsuna mayo —señaló el menor de altura el equipaje con tal de ofrecer su ayuda. Fuyuka enternecida por su gesto, cedió.

—Soy Fuyuka, por cierto, pero me llaman Fuyu —pasó hacia la habitación con Inumaki detrás—. Aunque, creo que no servirá de nada el que te lo diga, después de todo no lo puedes decir.

El chico realizó una ligera reverencia en forma de presentación.
La de orbes aguamarina se sentó en lo que parecía ser su cama, invitando de paso al de pelo blanco a sentarse con ella.

—Mi técnica es Escritura maldita, escribo en pergaminos o sellos lo que deseo que le pase a mi enemigo, pero tengo que colocarle ese papel en el cuerpo, sino no surge efecto —el chico afirmó—. Debe ser complicado para ti no poder hablar tanto ¿cierto?

—Okaka.

—¿No? —se sorprendió al recibir la respuesta— Eres alguien conservador, entonces.

—Shake.

—Ah... —abrió la boca ligeramente en busca de argumentar algo, lo cual no fue posible—. Un gusto conocerte, Inumaki-sempai.

—Tsuna tsuna —intentó llamar el de ojos violetas a Fuyu. Esta le prestó atención al menor, viendo como este se dirigía a una mesita donde estaba posada una libreta. La punta del lápiz pasó rápidamente por el papel siendo guiado por las manos del más bajo.

—"Un gusto también conocerte, puedes llamarme Toge" —leyó la chica mentalmente—. Claro, Toge.

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No cabía duda de que cada vez que se levantaba temprano, su odio por el sol crecía con más intensidad con el pasar del tiempo, debido a que por una extraña razón siempre le daba en su cara. Era como si el destino estuviera amañando su vida para fastidiarle las mañanas.
De mala gana se levantó, notando como en la cama de al lado el peliblanco descansaba pacíficamente alejado de los condenados rayos del sol. Una sonrisa floja se posó en sus labios mientras caminaba al baño en silencio con tal de no despertar al hechicero de segundo grado.
Su ducha no fue tan duradera, de hecho, su mente somnolienta había olvidado por completo su toalla, por lo que tuvo que salir corriendo a agarrarla para que Inumaki no se levantara y le viera. Al salir se limitó a ver la hora en el reloj que estaba colgado en la pared, fijándose en que apenas eran las seis y media de la mañana.

—¿Ahora sales a las cinco, culero? —maldijo en voz alta, recordando que la última palabra que salió de su boca la sacó de su mejor amiga Tsuki.

Estaban en medio de un día de campo, de hecho, Satoru dejó en claro que los primeros tres días serian simplemente de descanso, así los estudiantes podrían socializar entre ellos y debatir sus ideas para llevarse bien en el área de combate. Para Fuyuka era tan extraño el que Gojo propusiera tal cosa, sin embargo, los altos mandos lo aceptaron sin rechistar mucho. En la cabeza de Kyoko parecía que algo había entre tanta repercusión, pero al parecer no era más que unas simples vacaciones con un entrenamiento por delante.

Se sentó en la cama, secando parte de su cabello con una toalla en lo que miraba su celular. Las tendencias en Twitter eran simplemente aburridas a excepción de una que llamó su atención por alguna razón. Era sobre unas de sus bandas favoritas de música, lo cual le extrañó, ya que últimamente no estaban muy activos, sin embargo, parecía que el año que venía sacarían un nuevo álbum que sería totalmente en inglés, pero las posibilidades de que luego sacaran las mismas en japones eran de gran altura.

—"Nuevamente, One Ok Rock nos sorprende con sus mezclas artísticas. A pesar de haber estado muy inactivos tanto en redes sociales como en el mundo de la música, esta misma mañana publicaron el nuevo Teaser de su álbum musical Eye of the Storm —leyó en voz alta la noticia que le emocionaba un monto—. Confirman que cabe la posibilidad de que dicho álbum tenga ciertas colaboraciones."

La intriga por saber cuándo este nuevo álbum musical saldría invadía su cuerpo. Tenía tiempo para ahorrar y conseguirlo, gracias al margen de un año que la banda les había ofrecido.
Sus manos se movieron de forma instantánea al ver como su teléfono se resbalaba entre sus dedos por el susto que se pegó debido a un quejido detrás suya. Toge se movió involuntariamente al escuchar su voz, haciendo que a la azabache se helara la piel.

Sus pies se posaron firmes en el piso, dirigiéndose al gancho de ropa en donde se hallaba su chaqueta. Sus brazos pasaron con agilidad dentro de las mangas, dándole margen a Fuyu para agarrar su móvil y colocarlo en uno de los bolsillos. Abrió la puerta, maldiciéndola dos veces por chillar, indicando el poco mantenimiento que le daban a las bisagras.
Caminó unos pasos por el pasillo, varios estudiantes transitaban por allí hablando de trivialidades. Buscaba con la mirada el cabello rizado de su amiga, pero a la lejanía divisó una cabellera rosa y azul totalmente desarborotadas.

—Yuuji, Megumi —nombró llegando a ellos.

—Ah —Itadori volteo—, Fuyu, hola.

—Buen día ¿Qué haces despierta tan temprano? —preguntó Fushiguro elevando una ceja.

—¿Qué ustedes hacen levantados tan temprano? —devolvió—. Nah, el sol me levantó.

—Como siempre —rió Yuuji.

—¿Han visto a Tsuki? —cuestionó mirando a ambos.

—¿Estas preguntando por Jin casi a las seis de la mañana? Evidentemente, sigue dormida —contestó el de pelo rosa recostándose de la pared.

—Debí suponerlo —comentó—. Iba de camino al bufet ¿Ya desayunaron?

—Si, venimos de ahí de hecho —la voz del azabache sonaba pesada—. Nobara iba de camino, si caminas rápido quizás la alcances.

—Gracias —dijo a punto de irse.

—Ah, espera, Fuyu —llamó Itadori deteniendo su andar—. ¿Podrías decirle a Inumaki-sempai que nos vea en el patio trasero? Como compartes habitación con él, pensé que sería más fácil que se lo dijeras.

—Oh, claro —confirmó, asumiendo que su mejor amiga le informó sobre su acompañante de alcoba—. Iba a volver a la habitación de todas formas después de comer, cuando salí estaba dormido.

—Gracias, puedes venir también si quieres, Maki-sempai quería realizar un picnic para nosotros —Yuuji sonrió acercándose a Kyoko, provocando que el corazón de la chica se enterneciera.

—Está bien, iré con Toge —revolvió ligeramente el pelo del de ojos marrones, este se agachó un poco para que la azabache tocara su cabeza. Era una pequeña manía que ambos tenían en forma de despedida. En cambio, al acercarse a Megumi simplemente levantó la mano como si lo estuviera saludando, recibiendo en respuesta un ligero apretón de su parte, acompañado de esas escasa sonrisas que le surgían—. Los veré allá.

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La cafetería estaba ocupada por todos los estudiantes, casi no quedaban puesto para sentarse. La idea de ir y conseguir algo de comer empezaban a alejarse de su cabeza.

Sin quererlo se topó con Nobara en lo que observaba los asientos. Sus pies se movieron apresuradamente hacia la barra listos para ordenar, viendo las diversas comidas que te daban a elegir. Su apetito estaba en un punto crítico, así que lo primero que vio fueron unas hamburguesas que sin duda colocó en su bandeja. Al momento de ir a escoger su bebida, divisó la bandeja de Onigiris en el bufet. Para ser las seis en punto de la mañana, la comida se estaba acabando de forma rápida y la suposición de que cambiarían el menú después de terminarse rondó sus pensamientos.

Rápidamente cogió unos cuantos, en un plato aparte, sumándole un tazón de ensalada rusa y algo de sushi. La bebida fue elegida al final con los candidatos de una soda y un jugo de naranja.

—Nobara —la de pelo marrón giró el rostro, estaba masticando unos trozos de carne que se había servido—. Megumi me dijo que estarías aquí.

—Fuyu, tenía tiempo sin verte —la voz alegre de la de ojos marrones no tardó en salir ¿Quién no estaría feliz mientras come filete?—. ¿Te dijeron lo de Maki-sempai?

—Yeah, me parece un gesto muy lindo de su parte.

—Nos quería presentar a un nuevo hechicero. Por lo que oí, Itadori parece conocerlo.

—Oh, ya veo. Por eso se veía tan contento.

—Me hubiera gustado ir al picnic sin la necesidad de vestir el uniforme, había comprado un conjunto nuevo —lloriqueó falsamente soltándole una sonrisa a la azabache—. De todas formas ¿Por qué llevas dos platos?

—Ah, estaba pensando en llevarle el segundo a Toge.

—¿Inumaki-sempai? ¿Compartes habitación con él?

—Si, pensé que sería más extraño, pero es divertido en cierta forma convivir con el —observó el plato con onigiris—. Cómo la comida del bufet se está acabando, decidí escoger su comida y llevársela.

—Me encantaría tenerte de compañera —agregó—. Tengo que soportar la mala actitud de Fushiguro.

—¿Megumi es tan enojón? No me había dado cuenta.

—Lo dices tú porque es tu primo —suspiró—, pero compartir habitación con el parece imposible.

—Megumi es fácil de entender, solo síguele la corriente. Puede parecer insoportable, pero te aseguro que es lo contrario.

—Nah, si eso ya lo sé —vaciló recostándose de la silla—. El problema es que "No me gusta que tengamos las cosas tan regadas" —trató de imitar la voz del de ojos verdosos.

—¡No jodas! —se carcajeó unos segundos después de haber imaginado a Megumi estornudar—. No me percaté de que mi primo era un "Don perfecto".

—Y no te imaginas las veces que le llevó la contraria.

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La caminata a su habitación le despejó la mente después de compartir risas con Nobara. La verdad es que desde que llegó se ha sentido cómoda y no ha sucedido nada que le tomara el pellejo. Había que admitir que los nervios de conocer a su compañero de cuarto le jugaron una mala partida, sin embargo, se acomodó a la situación, conociendo de paso a Inumaki.

Se paró delante de la puerta, giró el picaporte y pasó a su habitación compartida. Sus zapatos se quedaron en la entrada y se quitó la chaqueta con cuidado de no dejar caer el plato de Onigiris.

—¿Sujiko? —la voz de Toge se escuchó. Kyoko levantó la vista, él estaba parado delante de ella y a juzgar por su pijama y su voz somnolienta, parecía haberse levantado recientemente.

—Toge —el llamado de la chica sonó alegre, transmitiendo el mismo sentimiento al muchacho—, te he traído algo de la cafetería. Estaba muy llena y parecía que pronto se acabaría la comida.

Inumaki se sorprendió un poco, aun así aceptó el plato sin protestar y una cálida sonrisa se posó en sus labios.

—Konbu —agradeció observando a la azabache—, Fuyu.

Ahora la sorprendida era Fuyuka y tanta era su impresión que se quedó unos minutos observando como el albino dejaba el plato en la mesa de noche y recogía su toalla para dirigirse al baño.

—Por cierto —el de ojos amatistas le prestó atención antes de abrir la puerta—, Itadori me avisó sobre un picnic que Maki-sempai quería realizar; estamos invitados.

La cabeza de Inumaki se ladeó, la perilla fue dejada de lado para que pudiera realizar un seña. Las manos del de pelo blanco se movieron deprisa, una encerrada en un puño mientras la otra apuntaba la parte superior de la muñeca.

—¿A qué hora? —interpretó sorprendiéndose así misma—. No estoy segura, pero debería de ser después de la comida.

Toge parpadeó varias veces, una seña que le pareció tierna a la azabache.

—Shake —Kyoko se quedó paralizada en lo que el albino entraba al lavado. Le prestó más atención al símbolo en su lengua que a sus palabras.

Onigiri. [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora