Un hombre solitario. Arriesgándose al frío del agua, al cambio de temperatura, al oleaje. Siendo arrastrado por el mar, sin darse cuenta. Nadie sabe de dónde salió, o tal vez sí. Arena, mar y cielo. Líneas divisorias. Principios y finales. Colores. Paz. Una foto. Una persona que saca la foto. Seguramente yo, o no sé. Sí, sí, seguro que fui yo. Va mi yo de ese momento. Pero no dejo de ser yo al fin y al cabo. ¿O sí?
Y tal vez el muchacho no estaba solo en el agua. Seguramente no estaba solo. Pero la foto nos permite imaginar que sí, que está solo. Que es un loco.
-Pero ¿por qué un loco?
-Y, porque está solo en el agua. Si no fuera así habría más gente nadando.
Pero qué sabemos nosotros de ese momento. No sabemos nada, solo lo que podemos ver en la imagen. Que es nada comparado con lo que pasaba realmente. Y lo que uno pueda recordar. Pero pasó tanto tiempo de esto, que es difícil recordar.
Y qué mejor idea, que ponerme a inventar una historia en base a lo que observo. Al fin y al cabo siempre estamos inventando. Al fin y al cabo nunca sabemos cómo son las cosas al 100%. Nunca podemos conocer todo. Porque no se puede saber lo que el otro piensa o siente realmente, porque hay tantas versiones como personas en el mundo. Porque tal vez no existe una única verdad. O tal vez sí, tal vez existe una verdad. Pero la forma de verla y contarla es distinta. Y es distinta porque la persona que la cuenta es distinta, porque la perspectiva desde la que se vio es distinta, porque la educación es distinta. Porque sencillamente es otro el que la cuenta.
En esta foto hay una verdad, que es igual para cualquiera que la vea. Se sacó en una playa. Hay arena, hay mar, hay olas, hay cielo despejado y hay un hombre en el agua.
(Si fuerzan un poco la vista, podrán ver al hombre del que hablo)

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Desde adentro (escritura que fluye)
RandomAquí iré subiendo textos, relatos y poemas que he escrito con el correr de los años. Desde el 2015, hasta hoy.