Por más que les ordenaba a mis piernas que pararan de caminar estas no me hacían caso. Ellas seguían andando, parecían solo escuchar a mi corazón o al poco corazón que aún me quedaba. Estaba tan dañado que hasta yo misma dudaba de que tuviera uno, dudaba que después de tanto dolor aún me palpitara. Lento... Pero seguí...
一 El mundo entero giraba en torno a ese punto. Nunca antes había visto la simetría del universo, pero ahora me parecía evidente. La gravedad de la tierra ya no me ataba al suelo que pisaba. Ahora era ella, la que me mantenía aquí. Renesmee
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