Fantasías delirantes de un corazón roto
Yo, que siempre fui corta de palabras, agradecí el arte de la caligrafía, fue mi salvación en muchos momentos, sobretodo cuando las palabras, incapaces de salir de mi boca, se acumulaban en mi cabeza provocando pensamientos destructivos de más. Y desde pequeña aprendí a hacer trazos en el papel como forma de comunicac...