Dioses de la DISCORDIA | Damián & Eris
Mi cazador, así lo llamé, pues al final me cazo quedándose con mi piel y con todo lo que pudo de mi. Era el tipo que lucía bastante bien vistiendo de negro y te invitaba a guardar silencio para comprender sus enigmas. No me importaba quedarme callada si él me lo pedía, aunque también hiciera mucho ruido si eso era l...