El Tres de Espadas - Zosan
Medieval AU. Tranquilo, pensó Zoro. Quieto, quieto, quieto. Quédate quieto, fuerte y duro: suelta el aliento. Ahora inhala. Sube la mirada desde la pantorrilla, las puntas de los dedos, la curva de la columna. Los fiables huesos de sus hombros, sus rodillas. Una última bocanada de aire, su garganta se seca. "Hasta la...