Existir por existir
Honestamente, Hua Cheng no deseaba vivir, ni tampoco seguir muerto, estancado en un mundo que no podía abandonar de ninguna manera. Siquiera podía destruirse a sí mismo con sus cenizas porque ciertamente no tenía idea de dónde podrían estar. La única razón por la que podía seguir existiendo de una manera más llevader...