Para toda la vida.
A veces, la vida se comporta como el viento: desordenada y arrasa. Algo susurra, pero no se le entiende. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Cuando la vida se comporta de ese modo , se nos ensucian los ojos con los que vemos . Es decir , los verdaderos ojos. A nuestro lado, pasan papeles escritos...