Me enamoré de mi Maestro |Libro I Bilogía Hijos Pródigos|
[...] -Era momento de orar, mis padres habían inculcado tal costumbre en mí, pero nunca había entendido sus razones. Así que para complacerlos, simplemente doblaba mis rodillas y listo: Era Cristiana. No os engañeis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6 : v7 S...