Baby
Pete es ruidoso, despistado, le pide compartir la comida, le hace cientos de preguntas y no parece entender lo que es el espacio personal. A donde sea que va ahí está Pete sonriente y emocionado de verlo, como un perro que agita la cola cada que lo ve llegar a la casa. Pero Vegas es un tipo más de gatos y no es fanáti...