DESCONOCIDO
Desde el instante en que la chica observadora vio el rostro del asesino en la feria del terror tuvo el convencimiento de que se había equivocado. La oscuridad y el crujido de los pasos sobrecogían. Y sobre todo aquellos mensajes telefónicos: «Abre la puerta, Emily. No tengas miedo, yo solo quiero... follarte hasta que...