Vacios
-¡Vete a la mierda! -gritó, furiosa e irónica, algo impropio de una joven como ella. . . . . -¿Eso es lo que quieres? Porque lo hago con gusto -replicó el hombre, con rabia en cada sílaba, su expresión ya conocida por muchos. Era como la de un animal acorralado por otros más grandes, pero el pobre tonto creía que pod...