Olvida la norma (Del uno al tres)
Riba Hardey tenía sólo tres normas. Tres malditas y jodidas normas que había aprendido y diseccionado desde que me enteré que existían. La número tres y la única que parecía la cosa más idiota que me habían dicho jamás, era que nunca, por ningún motivo, debía salir con los amigos de su hermano. Pero yo no era especi...