Huesos de plástico.
Ella vivía para morir. Yo moría por vivirla. ••• La melancólica historia de un chico que amó demasiado y una chica que perdió la cabeza.
Ella vivía para morir. Yo moría por vivirla. ••• La melancólica historia de un chico que amó demasiado y una chica que perdió la cabeza.
Rose se dirige una tarde a la cafetería Montenegro en la que ayuda a su madre a trabajar. Esa misma tarde entra James, un chico que le hará pasar un montón de experiencias inimaginables para ella que nunca pensó que tendría.
Esto no son cartas, las cartas se escriben para enviar, pero yo tan sólo escribo sobre ella, sobre lo mucho que me gusta mirarla y cómo observo su manera de caminar que tan ligera parece. Ella era un huracán tan potente que consiguió llevarse todo lo que yo era.
Ella es un desagradable escalofrío en el peor de mis días, y a pesar de todo ella no se marchará de mi lado, ella seguirá insistiéndome que todo estará bien hasta hastiarme. Ella es tan obstinada como el invierno, y tan amable como el sol, y no quemará ni congelará a nadie. Y casi todos los días me acompaña de camino...
Ella era cartas a quien quería [o a quien había querido]. Ella era la chica con ojos destrozados llenos de destellos. Era cuentos olvidados que princesas sin reino habían escrito. Ella era sonrisas desgastadas y cartas quemadas en hogueras gélidas. Adiós.
Sabía que querías irte pero ¿por qué lo hiciste sin mí? [Saga Fugitiva #1]
Regálame tus labios plasmados en una servilleta, Y te robare con cariño el miedo a soñar despierta.....
en aquel lugar donde sólo podíamos controlar un aspecto de nuestras vidas, los zapatos hablaban más que las personas.
Las experiencias con el amor no son fáciles. La inocencia del primer amor, en ocasiones, te envuelve en historias no recíprocas que a pesar de ser intensas, te dejan heridas que te persiguen hasta que te decides a quererte a ti misma. En ese momento, todo puede volver a comenzar.