Aunque el tiempo nos separe
Siglo XXI, el mío. Siglo XVIII, el tuyo. Viajé en el tiempo, te conocí, nos enamoramos profundamente y , finalmente, nos separamos con gran pesar. Casualidad o destino, eso ya no importa. Nuestro destino estaba escrito en el momento en el que nuestras miradas se cruzaron fugazmente. Tú, un joven pintor de familia ri...