La bendición escarlata.
-Si, sobre eso...¡San Lang y yo nos casaremos en diciembre! Los cubiertos de su madre caen sobre la mesa con un ruido sordo y todos guardan silencio. Incluso Mei Nian Qing, que comía con entusiasmo, parece haberse atragantado con el tangyuan, todos los miran y su padre coloca suavemente el cuenco con licor en la mesa...