¿Aún eres mía?
Nuestra relación había acabado. Pero el amor, no. Imposible olvidarlo cuando vivimos en la misma casa, junto a veinte adolescentes más. Imposible ignorarlo cuando compartíamos el mismo grupo de amigos. Imposible no seguir enamorada si lo veía todos los días en la universidad. Imposible superarlo, si a diario lo tenía...