Más que a mi propia vida.
-No te sueltes- dijo aferrándose a mi mano como si su vida dependiera de ello. -No puedo mi mano se resbala- dije tomando con más fuerza la mano de mi compañero y mirando desde arriba aquel precipicio en llamas. -Noo te prohibo soltar mi mano y morir- dijo tomando con más fuerza mi muñeca. -Déjame ir, solo tu puedes d...