Alicia.
Yo no tengo un país de las maravillas al cual huir. Y mi conejo blanco quedo resumidos a un charco rojo. Dime, ¿aún crees en la Alicia del país de las maravillas?
Yo no tengo un país de las maravillas al cual huir. Y mi conejo blanco quedo resumidos a un charco rojo. Dime, ¿aún crees en la Alicia del país de las maravillas?
Ya está; se acabó. De improvisto y sin avisar. Dejándome con muchas cosas que decir, pero sin ningún tiempo para hacerlo. Algunos me contaron que veías pasar todos esos años frente tus ojos, como si de una película de tratase, con la banda sonora que te acompañó siempre; otros, en cambio, dicen que escuchas todas aque...