Llévame a tu reino
La curiosidad abrió las puertas a su infortunio. Fausto lo supo al encontrarse cara a cara con aquella perniciosa pintura en medio del bosque. Debió marcharse y olvidar aquel encuentro. Sin embargo, ignorar las consecuencias puede resultar muy caro. Félix en cambio parece saberlo bien y Fausto quizá tenga tiempo...