Crónicas De Un Incomprendido
Toda mi vida estuve aguantando las ganas de gritarle a la gente que se calle cuando hablaba a mis espaldas. Porque sabia que seria inútil, ya que seguro me tomarían por un ratoncito gritándole a un gato a punto de comerlo. Años pasaron de mi primaria, cuando mi padre me sacó de este lugar tan sucio y nos fuimos a vivi...