Enamorate de mi.
- ¡OYE, HEMSWORTH! - Al escucharme, se paró. Estaba a unos metros de mi. - ¿Es eso? ¿Sientes vergüenza de mi? En ese caso, no debiste haber entrado a mi auto.- Solté, con rabia. Luego de unos segundos que me parecieron una eternidad, negó con la cabeza y se volteó lentamente. Camino hasta llegar a centímetros de mi, h...