De sacerdotisa a Diosa
Morir, renacer y volver a morir. Ese fue el castigo impuesto por Zeus, mi padre, todo por enamorarme de un "mortal". Yo, su hija predilecta, no pude amar libremente al hombre del que me enamoré, debido a que ese no era el destino que mi padre quería para mi. Espero, realmente espero que el ciclo de reencarnación termi...