Cartas de amor sin remitente
Él estaba enamorado, cada día observaba a la morena de ojos café salir del trabajo y cantar mientras caminaba hasta su casa. Ella, en cambio, se encontraba al borde del suicidio; a sus dieciséis años, Shira decidió que ya no quería vivir. Tenía veintitrés cuando encontró una razón para hacerlo, cuando la tinta en las...