ÉL, ME GUSTAS
Era perfecto, el príncipe azul que toda plebeya esperaba. Su metro ochenta y su cabello ondulado me hacía caer. De mirada mágica, gestos no comunes. Me sentía tan tonta por haberme fijado en él. Era una cajita de sorpresas, no sabía con que iba a salir. Cada vez que hablaba, miraba como de sus labios brotaba polvos...