¿Enamorandome de un imbécil? ¡Ja! Ni de broma.
Él era un maldito grano en el trasero... ---¿Qué pasa mi pequeña marimacha? ¿No te gusta que te diga lo fea... perdón, feo que eres?---Dijo el inmbecil mientras me acorralaba entre él y la pared. Él era un maldito cretino... ---Dime ya la verdad---Se acercó arrinconandome fuera de los vestidores---Lo único que quieres...