Pasión y decencia
¿Quién iba a decirme a los dieciocho, que la violencia olía a amor y que el amor no era otra cosa que la ya citado? carecía de sentido imaginarse otra cosa distinta, así que tan solo procuren disfrutar de los poemas de una vida en que fui adolescente con veinte, y en la que sin embargo tanto amé.
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